El Barça arrasa en el Palacio y desarma al Abanca Ademar (28–38)
El Abanca Ademar León sufrió este domingo una de las noches más duras de la temporada tras caer con claridad frente al Barça (28–38) en un Palacio que, pese al empuje inicial, acabó asumiendo la superioridad azulgrana. El partido nació igualado, pero se rompió bruscamente antes del primer cuarto de hora y ya no volvió a tener color.
Un inicio prometedor que se diluyó rápido
El Ademar salió valiente, con Benites y Gonzalo Pérez encontrando portería y un Álvaro Pérez brillante bajo palos, capaz incluso de detener un siete metros en los minutos iniciales. Con Darío incisivo desde el extremo y Miñambres apareciendo entre líneas, los leoneses aguantaron el pulso hasta el 4–4 del minuto 5.
Pero a partir de ahí, cada pequeño error tuvo castigo inmediato. El Ademar encadenó un poste, dos pérdidas y un lanzamiento bloqueado que el Barça transformó en un parcial que cambió el paisaje del partido: del 8–7 se pasó al 8–10 en apenas 50 segundos, y al 9–13 en el 15’. Entre medias, Hallgrimsson empezó a agigantarse y Fàbregas, N’Guessan y El-Deraa castigaron sin piedad cada desajuste leonés.
La primera brecha: del 7–5 al 9–14
En ese tramo se decidió el destino del encuentro. Mientras el Barça acumulaba acierto exterior y metros en transición, el Ademar sumó pérdidas de Lindqvist, Saiz y Albizu, además de varios lanzamientos que no encontraron portería. La defensa marista llegó siempre un segundo tarde ante una primera línea culé desatada y un Fàbregas que convirtió todo lo que tocó en seis metros.
Pese a los intentos de reacción de Miñambres y un buen tramo de Álvaro Pérez, los azulgranas llegaron a mandar por seis goles (13–19). Dos últimos aciertos de Rodrigo Pérez y Zapico dejaron el descanso en un 17–22 que al menos permitía mantener un hilo de esperanza.
El vendaval azulgrana tras el descanso
Ese hilo duró apenas cinco minutos. Emil Nielsen —que entró en la segunda parte— se convirtió en un muro infranqueable, enlazando paradas consecutivas desde los extremos, nueve metros, seis metros e incluso un siete metros. La ofensiva culé, mientras tanto, entró en modo rodillo.
El Ademar se atascó en ataque con cuatro pérdidas casi consecutivas y el Barça las convirtió todas. En solo diez minutos, el marcador ya mostraba un doloroso 19–29 (45’). El desacierto leonés, unido al ritmo demencial del conjunto catalán, terminó de romper un choque que ya parecía sentenciado.
Un final largo, empinado y sin premio
El Ademar tiró de orgullo, rotó a todo su arsenal ofensivo y encontró algunos goles aislados de Benites, Wasiak y Miñambres, pero Nielsen continuó sumando paradas y los Cikusa, Makuc y Barrufet siguieron ampliando la herida hasta el 23–35 del minuto 55. Los últimos minutos solo sirvieron para maquillar ligeramente el resultado y sumar minutos de rodaje a los jóvenes.
El 28–38 final refleja lo que sucedió en la pista: un Barça muy superior en ritmo, profundidad y puntería, frente a un Ademar que pagó caro cada error y cada desconexión.
Las claves del partido
El 9–13 del 15’ abrió la herida.
El 19–29 del 45’ la hizo irreversible.
Un golpe duro antes de mirar al futuro
El Ademar deberá reconstruirse rápido tras una derrota tan contundente. El equipo compitió bien en los primeros minutos, pero no pudo sostener el ritmo de un gigante europeo que no perdonó un solo desajuste.