Carlos Álvarez firma su adiós soñado con un derbi para la historia

Carlos Álvarez no podía tener una mejor despedida. El jugador gallego, que disputaba su último encuentro en el Palacio con la camiseta del Abanca Ademar antes de partir rumbo al Sporting de Lisboa, se convirtió en el gran protagonista de una tarde mágica. Sus dos tantos en el desenlace inclinaron la balanza en un derbi vibrante frente al Atlético Valladolid, dejando el 29-27 definitivo en un Palacio abarrotado y entregado.

Un inicio eléctrico y con tensión

Pese a la coincidencia horaria con las celebraciones del ascenso de la Cultural y Deportiva Leonesa, la afición ademarista no falló. El Palacio se tiñó de blanco y granate para empujar a los suyos en un partido clave para mantener vivas las aspiraciones europeas. 

Desde el inicio, el ritmo fue altísimo, con una fuerte carga defensiva y protagonismo para los porteros. Las exclusiones marcaron los compases iniciales, y el Ademar aprovechó la superioridad numérica para lograr las primeras ventajas (4-2), aunque el Atlético Valladolid reaccionó rápido (5-5).

Del bache ofensivo a la remontada

El conjunto leonés vivió su momento más delicado tras una exclusión a Marwan. Los pucelanos aprovecharon el desconcierto y firmaron un parcial de 0-4 que puso el 8-11. La falta de claridad en ataque y la inspiración del meta visitante Juan Bar agrandaron el bache ofensivo del Ademar, que estuvo más de siete minutos sin anotar. 

El partido, en tres claves

• Aparición decisiva de Carlos Álvarez en los minutos finales
  El extremo gallego fue determinante en los últimos instantes del encuentro, marcando dos goles que sellaron la victoria del Ademar. Su capacidad para resolver en momentos de máxima presión resultó fundamental en un partido igualado.
• Gestión de las superioridades numéricas
  Abanca Ademar supo aprovechar varias exclusiones del equipo visitante para abrir pequeñas brechas en el marcador, especialmente en el inicio del encuentro y tras el descanso. La falta de continuidad ofensiva de Valladolid en esos tramos permitió al conjunto leonés consolidar su ventaja.
• Reacción tras el parcial adverso (0-4) y control emocional ante la polémica arbitral
  Pese a un bache ofensivo y a dos exclusiones muy protestadas que permitieron al Atlético Valladolid ponerse por delante, el equipo leonés mantuvo la concentración y respondió con eficacia desde el banquillo y la grada, recuperando el control del partido en el tramo final.

Fue Edu Fernández quien rompió la sequía con un potente lanzamiento exterior. A partir de ahí, dos penaltis transformados por Wasiak pusieron de nuevo la igualdad (12-12) y reactivaron a un equipo que se fue al descanso por delante (14-13).

Máxima igualdad y estallido local

Tras el paso por vestuarios, el guion no cambió. Cada posesión valía oro y la tensión era constante. Una nueva exclusión para los visitantes permitió a los locales tomar su mayor ventaja hasta ese momento (18-15). 

Dani Gordo optó por acelerar el ritmo y su equipo respondió bien, aunque el Atlético Valladolid no perdió la cara al partido y, con dos acciones polémicas que derivaron en exclusiones a Darío Sanz y Adrián Fernández, consiguió remontar (21-22). El Palacio rugió entonces con más fuerza y el empuje de la grada devolvió el empate (23-23).

Carlos Álvarez decide en su último baile

Con la igualdad total sobre la pista, cualquier error podía ser decisivo. Darío Sanz volvió a adelantar al Ademar y Rodrigo Benites asumió galones ofensivos en una segunda parte en la que también brilló Marwan, deseoso de dejar una última buena imagen antes de su adiós. 

Con el 28-27 en el marcador y menos de un minuto por jugar, apareció Carlos Álvarez para rubricar con un último gol su mejor despedida posible. Su rostro lo decía todo: emoción, gratitud y una conexión única con el Palacio, que coreó su nombre por última vez.