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59 muertes atribuibles al calor en la Comunidad desde mayo y con temperaturas al alza

Un termómetro de León marca temperaturas por encima de los 30 grados.

En España, el Instituto de Salud Carlos III señala 1.180 fallecimientos por las olas de calor hasta el 13 de julio 

Castilla y León registró 59 muertes atribuibles a altas temperaturas desde la activación del plan del calor, es decir, entre el 16 de mayo y el 13 de julio, según los datos del sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) y del Ministerio de Sanidad, procedentes de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), del Instituto de Salud Carlos III y recogidos por Ical. En España, la cifra alcanza los 1.180 fallecimientos.

El Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC) celebró hoy una reunión de seguimiento para valorar la evolución de las temperaturas extremas y su impacto en la salud de la población durante las últimas semanas. Los datos analizados constatan un episodio térmico de intensidad excepcional, caracterizado por un aumento sin precedentes en las temperaturas medias y un incremento notable de la mortalidad atribuible a las olas de calor.

Aumento de la temperatura media

Según los registros de la AEMET, el mes de junio de 2025 ha alcanzado una temperatura media mensual de 23,6 grados, superando en 0,8 el anterior máximo histórico registrado en junio de 2017. Esta cifra también excede en 3,5 grados la media del periodo climático 1991-2020. Además, las previsiones meteorológicas apuntan a que el mes de julio continuará con temperaturas por encima de la media histórica en la totalidad del territorio nacional, con una probabilidad estimada superior al 70 por ciento.

En Castilla y León, los 59 fallecidos multiplican con creces los nueve registrados el pasado año en el mismo periodo, en línea con lo sucedido en el contexto nacional, que pasó de 114 a 1.180.

El análisis del perfil demográfico de los fallecimientos indica que el 95,0 por ciento de las personas fallecidas tenía más de 65 años en España. Del total, seis de cada diez eran mujeres. Esta distribución responde tanto a la mayor presencia de mujeres en las edades más avanzadas como a factores fisiológicos que inciden en una mayor vulnerabilidad a los efectos del calor.

En cuanto a la distribución territorial de la mortalidad atribuible a las olas de calor, las comunidades autónomas más afectadas han sido Galicia, La Rioja, Asturias y Cantabria. Estas regiones, que históricamente han experimentado veranos de temperaturas moderadas, presentan actualmente un incremento notable en la vulnerabilidad climática. Este fenómeno podría estar relacionado, según el Ministerio de Sanidad, con una “menor adaptación estructural y social frente a episodios de calor extremo.