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Dos de cada tres castellanos y leoneses ya acuden a la IA para consultar dolencias de salud

Dos de cada tres castellanos y leoneses ya acuden a la IA para consultar dolencias de salud.
Según el informe 'Los peligros del autodiagnóstico digital', uno de cada cuatro se autodiagnostica digitalmente antes que acudir al médico
 

La Inteligencia Artificial se ha convertido en una herramienta cada vez más habitual entre la población española para consultar temas de salud física y mental. Según el estudio ‘Los peligros del autodiagnóstico digital’ de Línea Directa, casi dos de cada tres castellanos y leoneses (el 64,5 por ciento) utilizan la IA para consultar un problema médico o una dolencia relacionada con su salud, dos puntos menos que la media nacional. En este sentido, se observa una brecha generacional: a nivel nacional, 9 de cada 10 jóvenes entre 16 y 19 años acude a esta tecnología para informarse sobre salud (la mitad de forma frecuente o siempre), y entre la población de 65 a 75 años, la utilizan el 41,7 por ciento de las personas.

El estudio ha sido liderado por la doctora en psicología y experta en Inteligencia Emocional Ruth Castillo-Gualda, y el médico especialista Justo Menéndez, con más de 30 años de experiencia y jefe de Urgencias, ambos profesores de la Universidad Camilo José Cela (UCJC). De acurdo con sus conclusiones, las personas no ven la IA solo como un complemento, sino que en ocasiones muchos sustituyen la primera consulta con un profesional por esta tecnología. De hecho, para 1 de cada 4 castellanos y leoneses (25,1 por ciento) el autodiagnóstico digital se ha convertido en su primera opción cuando aparece un problema de salud. Entre los jóvenes españoles, esta preferencia es aún mayor: el 41,8 por ciento escoge buscadores, influencers o herramientas de IA antes que acudir al médico o a urgencias. De los 65 a los 75 años, el porcentaje desciende al 10,6 por ciento.

Motivos

Entre los motivos que impulsan a los españoles a recurrir a la IA destacan su disponibilidad (16,3 por ciento), la inmediatez con la que ofrece respuestas (12,2 por ciento) y la rapidez del proceso (11,5 por ciento). 

Además, factores como la intimidad, o sentirse escuchado y no juzgado, son los que están detrás de las búsquedas entre quienes están peor emocionalmente, ya que acuden a la IA en busca de empatía en cuestiones emocionales. Al respecto, cabe destacar la diferencia de género: un 55 por ciento de las mujeres esgrimen su uso por ese motivo, frente al 45 por ciento de los hombres. También existe una brecha generacional: el 35 por ciento de los jóvenes frente al 7 por ciento de los mayores. 

En este contexto, a nivel nacional el 18,5 por ciento de la población utiliza frecuente o muy frecuentemente la IA para consultar dudas de salud, lo que consolida el uso de estas herramientas como hábito ya cotidiano.

Cataluña (24 por ciento), la Región de Murcia (22,1 por ciento) y Canarias (21,4 por ciento) son las autonomías donde hay mayor porcentaje de población que consulta de manera frecuente y muy frecuentemente problemas de salud a la IA. En el extremo opuesto se sitúan Galicia (10,4 por ciento), Castilla y León (11,5 por ciento) y Cantabria (13,5 por ciento). 

Salud mental

El estudio también revela que, en cuestiones de salud mental, para muchas personas la IA se convierte en un “terapeuta digital”. Quienes se sienten mal emocionalmente buscan apoyo en esta tecnología y tratan de aliviar la incertidumbre ante síntomas o preocupaciones de salud. Esta búsqueda de síntomas en la IA provoca, según declaran, más alivio que no hacer nada. Sin embargo, es una sensación falsa de control y responsabilidad. 

En este contexto, la mitad de quienes padecen ansiedad o depresión en España recurre a la IA casi a diario para resolver dudas sobre salud. Este uso intensivo contrasta con el uso mucho menor de pacientes con enfermedades físicas crónicas —como hipertensión (15 por ciento) o diabetes (13 por ciento)—, lo que apunta a que la dependencia de estas herramientas está mucho más ligada a necesidades psicológicas y emocionales que a problemas físicos. Según reflejan en un comunicado difundido por Ical, “la búsqueda compulsiva de síntomas en entornos digitales, denominada cibercondría, se alimenta de ese círculo vicioso. A mayor malestar emocional, más búsquedas digitales con Inteligencia Artificial, que lejos de aliviar lo que hacen es agravar la situación”.