'Los Domingos', Sorrentino y unas 'Flores para Antonio'
La Sección Oficial a competición alcanza su máximo nivel hasta ahora con la presentación de 'Los Domingos'. Después del éxito de “Cinco lobitos”, y por supuesto la multipremiada serie “Querer”, la directora y guionista bilbaína Alauda Ruiz de Azúa se supera a si misma con esta obra.
Esta historia disecciona con bisturí el proceso de ‘deconstrucción’ de una familia en la que varias decisiones acaban transformando las vidas de sus miembros para siempre.
La película es sobrecogedora y emotivamente compleja, de las que te dejan aplastado en la butaca intentando ordenar el bombardeo de pensamientos e ideas que recibes y que te atraviesan la cabeza durante su proyección.
La dificultad de hablar, en lo cotidiano, de los temas que aborda, de los prejuicios, hace de esta película una obra inteligente, viva, valiente y excepcional. La hipocresía y el cinismo aparecen desnudos ante la cámara, con la discreción y la intensidad justa en cada plano, en cada áspera línea de guion. Ruiz de Azúa programa los tiempos de la tensión con una depuración y una sobriedad exquisitas.
Es un trabajo de orfebrería fina, de relojería Suiza, como el mecanismo único de cada Patek Philippe automático, pero de los modernos que no solo funcionan dándoles cuerda, también lo hacen automáticamente con péndulos mecánicos que alimentan la marcha del reloj con el movimiento de la mano al llevarlos en la muñeca. La película hace lo mismo, pero funciona cargando tensión y atención con cada trago de saliva de cada uno de los espectadores que la ve.
La dirección de actores es impresionante, otra seña de identidad de la directora, están todos impecables. Hay tres actrices que me gustaría destacar ya que sus papeles vertebran la historia y su actuación resulta estremecedora. La debutante protagonista Blanca Soroa, ante la que enmudeces en el tramo final de la película, la maravillosa Patricia López Arnáiz y la merecidamente omnipresente desde la serie “Querer”, Nagore Aramburu. Aún faltan algunas películas por presentarse al concurso oficial, pero si alguna es mejor que esta, estaremos ante una edición sobresaliente del festival.
Paolo Sorrentino
Y llegó Sorrentino. Viviría en las películas de Paolo Sorrentino. “La Grazia”, su último film, se presentó hace unas semanas en el Festival Internacional de Cine de Venecia, en su 82 edición, donde obtuvo muy buenas críticas y la Copa Volpi a mejor actor para el gran Toni Servillo. Y con justicia, seguro, lo de este actor es impresionante, esta magnífico como Presidente de la República de Italia. Ahora en San Sebastián, dentro de ese joyero del festival que es la sección ‘Perlak’, se presentó con todos los pases llenos de público y todas las expectativas cargadas. Y cumplió.
La cinta es cien por cien ‘sorrentiniana’, fascinante, hermosa, refinada, compleja, elegante, luminosa y repleta de planos que son obras de arte en sí mismos. Con todo ello es capaz de poner en marcha las infinitas conversaciones que seguro tendrán los espectadores allá donde la vean.
Y es que la película, aún con sus dosis de guasa, apunta en su discurso, entre otros temas, hacia uno de los peores males de occidente, la bajeza, inoperancia y la mediocridad de la política actual. La encarnación de un tipo maduro, humano, responsable, reflexivo, inteligente y capaz de tomar decisiones que contienen importantes dilemas morales, en un ficticio Presidente de la República, es toda una declaración de intenciones. Bravo Paolo.
“Flores para Antonio”
Una última recomendación por ahora. “Flores para Antonio”. Cuántas lágrimas compartidas recorriendo mejillas y emociones en la piel se han vivido con este documental en el Teatro Principal de San Sebastián esta mañana.
Estimada Alba, enhorabuena por tu valentía, por contar vuestra historia, vuestra y un poco de todos. Porque vuestra historia, la tuya y de tu padre, la de ‘Ole, Ole’ —así llama Alba Flores a su abuela Lola — y la de todos los Flores es una parte importante del patrimonio cultural y artístico de España. La película es una delicia estética, musical y emocional.
Un recorrido por la fugaz vida de un supertalento de la música, al que atormentaban sus inseguridades, pero bendecían sus musas. Los directores, Elena Molina e Isaki Lacuesta, elaboran un ‘collage’ luminoso que atiende al ritmo perfecto del homenaje y el recuerdo de Antonio. Hacen crecer las sensaciones y tiran del bello para que se ponga de punta a cada minuto.
Con un minucioso trabajo de composición que va conduciendo al espectador por el relato, del que tira la propia Alba, se suceden las entrevistas a los amigos y la familia, a todos a los que su padre quería de verdad. Antonio Flores compuso algunas de las mejores canciones de la música española entre los 80 y los 90, un rastro indeleble que los que las vivimos en su día, tararearemos durante toda la vida. Su herencia no solo es la música, es la huella de amor que posee su hija Alba y el resto de su familia y amigos.
Desde este espacio cultural y cinéfilo también queremos acordarnos y rendir homenaje a la gran Claudia Cardinale, que fallecía hoy a los 87 años de edad. Que descanse en paz. Lo mejor que podemos hacer como tributo es ver algunas de sus películas. Les propongo “El gatopardo” de Visconti o quizá “Ocho y medio” de Fellini, seguro que sonríe allá donde esté.