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Fundación Merayo: arte sin barreras hasta final de mes

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Continúa en la Fundación Merayo, en Santibáñez de Porma, bajo el lema general 'Arte sin fronteras', una exposición muy particular organizada desde Barcelona por el grupo 'Arte sin barreras – Agenda 2030'

Continúa en la Fundación Merayo, en Santibáñez de Porma, bajo el lema general 'Arte sin fronteras', una exposición muy particular organizada desde Barcelona por el grupo 'Arte sin barreras – Agenda 2030'. Un proyecto expositivo colectivo que reúne a artistas comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. 

A través de lenguajes como la poesía visual, la escultura, la pintura, el arte digital y la instalación, se propone un diálogo sensible y crítico entre el arte y la conciencia social. Impulsado por la catalana Fundació Ager, el proyecto entiende el arte como una herramienta de transformación, inclusión y reflexión ante los grandes desafíos de nuestro tiempo. Cada obra es una forma de resistencia poética y una invitación a imaginar un futuro más justo, sostenible y humano, según reza el Manifiesto redactado en Barcelona el año 2023.

Gustavo Vega

Al entrar a la sala llama la atención la obra del leonés Gustavo Vega Mansilla, poeta pluridisciplinar y estudioso de la poesía visual. Se trata de una colección de poemas visuales enmarcados (5 de 50 x 70 cm y 4 menores) que dan fe de la sensibilidad creativa y calidad poética a la que este autor nos tiene acostumbrados. Vega en sus obras consigue un perfecto ensamblaje de elementos poético-literarios, plásticos y conceptuales, motivo por el cual se le considera como un referente de la poesía visual, tanto por su propia obra creativa como por sus investigaciones teóricas, y su gran proyección internacional. 

No en vano, además de creador, ha sido estudioso y docente de la Historia de la Filosofía, habiendo sido también Doctor en Filología Hispánica y Literatura con Premio Extraordinario de la Universidad de Barcelona por una tesis doctoral que trata precisamente y se titula: “Poéticas de creación visual en España”.

Griselda Lozano

Griselda Lozano, escultora, poeta y escritora, muestra un conjunto de esculturas en acero de apariencia minimalista y geométrica. Como ella misma manifiesta, su obra escultórica reflexiona sobre la diversidad y la unidad en la diferencia. Cada pieza, similar pero única, dialoga con las demás en un equilibrio simbólico de formas que evocan la interdependencia humana. 

Estas esculturas resultan visualmente intrigantes por su simplicidad formal y la repetición de patrones (ondas y tubos). La elección del material les confiere un sentido de solidez y modernidad. Además, en su relación con el entorno, sus piezas funcionan muy bien como contrapunto tridimensional y sobrio a la explosión de color y dinamismo de las pinturas abstractas que se sitúan sobre ellas, obra de Ferre. Crean una interesante tensión entre la geometría rigurosa y la abstracción fluida, añadiendo un elemento de equilibrio estructural al espacio expositivo.

Continúa en la Fundación Merayo, en Santibáñez de Porma, bajo el lema general 'Arte sin fronteras', una exposición muy particular organizada desde Barcelona por el grupo 'Arte sin barreras – Agenda 2030'.

Jordi Ferreras, “Ferre”, especializado en videoarte y creación digital, construye un universo en transformación conformado por paisajes abstractos de intensos colores. Con ello reflexiona sobre la dimensión espiritual del cosmos y la identidad humana como parte de un todo.  A través de animación digital, color vibrante y ritmos visuales que fluyen como energía, “Ferre” propone un viaje contemplativo que invita al espectador a disolver las fronteras entre lo visible y lo esencial.

Cristina Ortiz

Cristina Ortiz, artista visual que transita entre la pintura, el arte digital y el videoarte, genera en sus lienzos mundos oníricos que exploran la condición humana. Fusiona lo simbólico con lo emocional, desafiando la percepción de la realidad y abriendo portales hacia lo irracional y lo fantástico. En su obra A Terra Santa, de técnica mixta, hace referencia a la actual ciudad de Belén en medio de la devastación: una madre y su hijo emergen como símbolos de esperanza, rodeados de figuras grotescas y escenas de dolor.

Por su parte, Rogelio Caballero, con su pieza Metales (La fuerza de la fragilidad), construye una escultura a partir de chapa metálica, tensores, cadenas y una estructura cuidadosamente calculada, que revela la paradoja entre la dureza del material y la sutileza de la emoción que transmite. Con una sólida trayectoria en arquitectura efímera, su obra fusiona arte, ingeniería y emoción, investigando el diálogo entre materia, tensión y forma. Transforma elementos mecánicos en poesía visual, explorando los límites entre lo funcional y lo emocional, lo visible y lo sugerido. Con un lenguaje escultórico muy propio, las estructuras se convierten en metáfora.

Gloria Iten

La artista Gloria Iten reafirma su interés por el diálogo entre cuerpo, identidad y emoción con una obra presentada de forma fragmentada. Se trata de una pieza compuesta por tres lienzos con la figura femenina fragmentada para cuestionar la idea de unidad e identidad. La fragmentación del cuerpo no implica ruptura, sino reconstrucción: una búsqueda de sentido y presencia. Con ello, Iten logra que lo inacabado adquiera un valor poético, evocando lo que está más allá de la forma. Los rostros ausentes, desprovistos de rasgos, aluden a la pérdida del yo y a la invisibilización de lo femenino en la mirada social.

A través de una paleta sutil pero expresiva, la artista transmite una intensa carga de vulnerabilidad y, a la vez, de fuerza.
La obra de Kelo, un joven deportista de esgrima, se presenta como una exploración del espacio, la materia y la percepción. Con un lienzo atravesado por una espada de esgrima —su herramienta deportiva—, que permanece suspendido e inclinado en ángulo de la sala rompiendo la frontalidad tradicional de los cuadros para invadir el entorno, parece querer desafiar la gravedad. 

Testimonio

Al tiempo que con sus tonos azules y las texturas densas evoca profundidad, cosmos o agua, generando una sensación de expansión y misterio. La superficie parece resultado de una reacción física más que de un gesto pictórico, fusionando arte y proceso natural. El espectador no solo contempla la obra, sino que se ve implicado en su campo de energía. La pieza sugiere un diálogo entre lo matérico y lo intangible, entre lo que se ve y lo que se percibe. Con ello, Kelo logra transformar un simple plano pictórico en una experiencia tridimensional y sensorial.

En conjunto, Arte sin Barreras – Agenda 2030 se consolida como un testimonio de cómo el arte puede trascender la estética para convertirse en conciencia y acción. La exposición en la Fundación Merayo invita a mirar más allá de las formas y los materiales, hacia el compromiso ético que toda creación encierra. Es, en definitiva, un canto plural a la diversidad, la esperanza y la posibilidad de un mundo más humano. 

Fundación Merayo, Santibáñez de Porma, hasta el 31 de octubre.