‘Una mujer a quien amar’. Theodor Kallifatides
Aunque como lectora incondicional que soy de Kallifatides no me resulta extraño, no deja de sorprenderme su éxito en España donde, siempre de la mano de Galaxia Gutenberg, se han publicado en los últimos años (creo no equivocarme si afirmo que desde 2017) un buen número de sus obras que además se encuentran disponibles en catalán. Nada que ver, por ejemplo, con el Reino Unido donde apenas se han traducido un par de ellas.
Ha sido, sin embargo, un descubrimiento tardío si se tiene en cuenta que Kallifatides lleva escribiendo desde 1969 y que había alcanzado gran éxito editorial en la década de los 70. De entonces son, por ejemplo, tres novelas que componen una trilogía imprescindible en su escritura: ‘Campesinos y señores’, ‘El arado y la espada’ y ‘Una paz cruel’.
Y, como ocurre en muchas ocasiones en el mundo editorial (seguro que hay buenas razones, aunque al lector, profano en un trabajo ajeno, le parezcan inexplicables), el orden en que las obras fueron escritas nada tiene que ver con la de su traducción a un idioma determinado. Es paradigmático el caso de ‘El Señor de los Anillos’ que Minotauro publicó (al menos el primero de los tres tomos en que se dividió la obra) cinco años antes de ‘El hobbit’ o el orden que se siguió en Asteroide con las obras de Wagenstein tras la publicación inicial de ‘El Pentateuco de Isaac’.
Kallifatides está de vuelta
Sea como fuere, Kallifatides está de vuelta para los lectores españoles con una obra escrita en 2003, ‘Una mujer a quien amar’, en la que se encuentran algunas de las claves que aparecerán en sus obras posteriores (que nosotros hemos leído antes): el paso del tiempo, la memoria, el desarraigo, la justicia o la emigración. Y, en este caso, la amistad. Escrita en primera persona, como ha hecho también en muchas otras obras, en ella explora precisamente su larga amistad con Olga, que es esa mujer a quien amar y en cuyo funeral brota la decisión de escribir este libro.
Pero en el repaso de cómo surgió y se desarrolló la amistad con Olga van apareciendo preguntas que el narrador se hace a sí mismo: cómo surge la necesidad de dejarlo todo atrás, la búsqueda de los rituales que hacen abordable la muerte, la escritura como medio de supervivencia, el sentimiento de ser infravalorado o incomprendido, la existencia de esos lugares en los que uno puede estar solo (aunque no esté solo), qué pensarán de nosotros cuando ya no estemos, qué es el sentido de la vida, si existe algo por lo que merezca la pena vivir o por quien morir…
En realidad, la amistad con Olga funciona como un pretexto real y doloroso para la reflexión que remite al autor a episodios de su vida. Esos que a Olga tanto le gustaba escuchar: sus padres, el miedo a la oscuridad, los recuerdos de la infancia durante la ocupación de Grecia, el fútbol, los hijos, la familia, el servicio militar, la lengua griega, el amor y los celos, la emigración, los estudios de filosofía en Suecia…
La obra
Solamente si se conoce la biografía de Kallifatides nada resulta raro y se comprenden bien estas cosas. Porque Theodor Kallifatides es un hombre griego que en 1964 emigró a Suecia y allí ha vivido desde entonces escribiendo en sueco durante casi medio siglo. Su carrera, larga y exitosa, le ha proporcionado premios tan prestigiosos como el Dobloug Prize que otorga anualmente la Academia Sueca con el legado del empresario y filántropo noruego Birger Dobloug.
Pero, aunque la mayoría de sus obras (muy variada, por cierto, porque incluye novela, libros de viajes, poesía o teatro) está escrita en sueco, sus lectores en España sabemos que volvió a escribir en griego en 2017 con ‘Otra vida por vivir’. Una obra autobiográfica que surgió ante la aparente desaparición del impulso creativo, eso que los españoles llamamos, al estilo griego. el abandono de la musa. Y que supuso una suerte de viaje interior a la memoria para descubrir que situarse físicamente en Grecia conseguía la sensación de sentirse en casa, pero, a la vez, que manifestaba la obviedad de que nada de lo vivido había permanecido inmutable.
Kallifatides es, sin duda, un autor contemporáneo imprescindible. Leerlo conduce a reflexionar sobre el modo en que dos culturas se esfuerzan por fusionarse en una escritura bellísima en la que la dulzura (pese a la amargura o el dramatismo de los acontecimientos narrados) siempre está presente. Ojalá la lectura de ‘Una mujer a quien amar’ lleve al lector a explorar algunas otras obras de este magnífico autor que en los próximos días recibirá en Barcelona el primer Premio Internacional Diari ARA.
[Los lectores leoneses tendrán oportunidad de escuchar al autor el día 16 de noviembre a las 12:30 en San Feliz de Torío (Espacio Factor)]