El señor obispo es culturalista
Este lunes el obispo de Córdoba, Jesús Fernández González, no tenía el corazón dividido. En el Nuevo Arcángel él era un seguidor más de la Cultural y Deportiva Leonesa, su equipo de toda la vida.
'Don Jesús' tiene sangre culturalista, pasión culturalista y sentimiento culturalista. Un sentimiento, que obligatoriamente comparte con sus fieles a los que conduce por el camino de la prudencia y el sosiego.
En el estadio no pudo presenciar la victoria de la Cultural, pero -como siempre ha dicho- lo importante es que "desde la fe tengamos fuerza para reponerse de la derrota y conseguir victorias".
Monseñor tiene esas virtudes "y muchas más". Así lo ha reconocido siempre Froilán 'Lan' Guerrero, el entrenador que durante tres temporadas le tuvo, siendo cura, como portero titular del Atlético San Francisco.
Pasión... por el fútbol
Jesús Fernández González, actual obispo de la diócesis cordobesa, fue un joven apasionado por el fútbol y por la Cultural y Deportiva Leonesa, el equipo de su tierra. En los años setenta, cuando el balón y la fe compartían su tiempo, defendió la portería del Atlético San Francisco, un modesto club leonés que competía en Regional Preferente. Hasta allí llegó desde la Cultural y Deportiva Leonesa.
“Fue un compañero formidable, lleno de humildad y serenidad. Un ejemplo dentro y fuera del campo”, siempre ha recordado Froilán ‘Lan’ Guerrero, su entrenador durante tres temporadas.
El entonces “cura-portero” no solo detenía balones: también calmaba ánimos. En el vestuario, su actitud conciliadora se convirtió en una referencia. “Nunca levantaba la voz. Pedía serenidad incluso en los peores momentos. Era perfecto como compañero”, añade Guerrero.
Un fichaje por providencia
Su llegada al Atlético San Francisco se fraguó, según cuenta su exentrenador, casi por casualidad. El club se había quedado sin guardameta, y el destino quiso que el sacerdote encargado del boletín eclesiástico jugara bien bajo los palos.
'Lan' siempre lo ha resumido con humor: “Nos lo recomendó Emilio, el vicepresidente, que tenía una imprenta donde se hacía el boletín. Nos dijo que había un cura que había jugado en la Cultural y que estaba disponible. Y así llegó Jesús al equipo”.
Aquella unión inesperada dio lugar a anécdotas entrañables. En una ocasión, uno de sus compañeros le pidió que rezara antes del partido para asegurar la victoria. “¿Y si el otro equipo reza más?”, respondió Fernández con una sonrisa, mostrando ya esa ironía tranquila que lo caracteriza.
“Éste llega a obispo”
Entre bromas de vestuario y paradas imposibles, alguien profetizó su futuro. “Morán, un directivo del club, me dijo: ‘Lan, éste llega a obispo’. Y acertó”, comenta el técnico, que hoy lo define como “un hombre con el mismo espíritu que el papa Francisco: cercano, sencillo y siempre dispuesto a escuchar”.
El último partido del joven sacerdote bajo los palos fue el 30 de noviembre de 1986, en el campo de La Palomera, frente al Laciana. Después de ese encuentro colgó los guantes. “Perdió el fútbol y ganó la Iglesia”, dice entre risas su viejo entrenador.