Nevenka Fernández reaparece desde Irlanda en el Congreso para denunciar las trabas a quienes cuentan su caso
En el acto organizado en el Congreso de los Diputados por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la imagen de Nevenka Fernández volvió a ocupar un espacio institucional de máxima relevancia. Su comparecencia telemática desde Irlanda, donde reside desde hace más de dos décadas, evocó el proceso judicial de 2001 que condenó por acoso al entonces alcalde de Ponferrada, Ismael Álvarez, convirtiéndose en la primera sentencia de este tipo contra un cargo público en España.
Durante su intervención, Fernández ahondó en las dificultades que afrontan las mujeres que deciden relatar situaciones de violencia, recordando que quienes denuncian suelen enfrentarse a un fuerte coste personal y social. Sus palabras se escucharon ante representantes de los principales grupos parlamentarios, entre ellos Ester Muñoz (PP) y Patxi López (PSOE).
Reflexión sobre los avances y las resistencias sociales
La participación de Fernández se enmarcó en un acto que combinó el reconocimiento a los avances logrados con la insistencia en las numerosas barreras que persisten. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, abrió la jornada señalando que la violencia contra las mujeres continúa siendo un desafío profundo para las instituciones democráticas y subrayando la obligación colectiva de reforzar los recursos de prevención y apoyo.
A lo largo del encuentro, se insistió en que, pese al cambio cultural experimentado en los últimos años, aún existen fuertes resistencias cuando una mujer se decide a describir episodios de violencia, tanto en ámbitos institucionales como sociales. La experiencia de Fernández, que abandonó España tras el juicio debido a la presión pública y a las dificultades laborales, fue expuesta como un ejemplo de esas consecuencias.
Homenaje final a las víctimas del año 2025
Tras finalizar la intervención y el resto del programa, los asistentes salieron a la plaza de las Cortes por la Puerta de los Leones, que se reserva para ceremonias solemnes. Allí se leyeron uno a uno los nombres de las 38 mujeres asesinadas en España durante 2025 en crímenes de violencia machista, un acto de memoria que puso fin a la conmemoración institucional.