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Las Niñas de Cádiz llegan al Bergidum con La reina brava, una tragedia contada con guasa y descaro

En manos de Las Niñas de Cádiz, “cualquier tragedia se transforma en comedia”. Así lo demuestra su último montaje, 'La reina brava', que llegará al Teatro Bergidum de Ponferrada los días 30 y 31 de octubre.
La compañía gaditana presenta los días 30 y 31 de octubre una sátira palaciega que mezcla humor, verso y flamenco en una historia de poder, venganza y corrupción

En manos de Las Niñas de Cádiz, “cualquier tragedia se transforma en comedia”. Así lo demuestra su último montaje, 'La reina brava', que llegará al Teatro Bergidum de Ponferrada los días 30 y 31 de octubre, con entradas ya a la venta por 10 euros en los canales habituales.

La obra, inspirada en una historia real ocurrida en “una cercana capital de provincia”, sumerge al espectador en un universo de intrigas y traiciones palaciegas, donde una reina tiránica y odiada por todos es asesinada por una madre y su hija movidas por el deseo de venganza.

De Shakespeare a Berlanga, con sabor a carnaval

La reina brava se presenta como “una fábula con tintes shakesperianos y reminiscencias del viejo romancero castellano”, en la que se exploran las pasiones, los vicios y la corrupción del poder. La propuesta, fiel al estilo de la compañía gaditana, fusiona lo clásico con la frescura y la ironía del carnaval, recurriendo al verso, la música y una escenografía minimalista.

Según explica su autora, directora e intérprete, Ana López Segovia, “trazar el paralelismo entre los personajes reales y el mundo del bardo inglés es una tentación irresistible”. 

La creadora asegura que en esta obra vuelven a dejarse “fascinar por los personajes extremos, amorales, que se dejan arrastrar enloquecidamente por sus pasiones”, y reivindican su sello propio: “Insertamos con descaro nuestro carnaval, nuestro verso octosílabo desprejuiciado y alegre, mezclado con el endecasílabo reservado habitualmente para los grandes temas, aunque le damos una vuelta y nos lo apropiamos para nuestras observaciones irónicas, nuestra guasa y nuestra forma de mirar el mundo, siempre desde el prisma de la alegría”.

Una sátira sobre el poder y la condición humana

Estrenada en mayo, La reina brava relata el asesinato planificado de una soberana “astuta y desprovista de ética, odiada por todos pero a la que nadie se atreve a enfrentarse”. Como resume la propia compañía, “todo es un universo de mentiras que nutren una historia sobre la corrupción de todo poder absoluto que exige obediencia de los súbditos, que no ciudadanos”.

Pese a su fondo trágico, la función mantiene el tono festivo y la conexión directa con el público. Un crítico ha descrito el montaje como “un espectáculo fascinante. Las Niñas de Cádiz no fallan. Saben llegar a cualquier espectador mostrándole defectos propios que seguramente tendrá, con la risa como arma para dibujar el mundo de oscuridades que es el ser humano”.

Humor, flamenco y crítica social

Sobre el escenario, Rocío Segovia y Alicia Rodríguez acompañan a Ana López Segovia en la interpretación de casi una decena de personajes, en un montaje en el que tampoco faltan el cante y el flamenco.

Herederas del grupo “Chirigóticas”, las integrantes de Las Niñas de Cádiz han cosechado un amplio reconocimiento con sus anteriores trabajos: El viento es salvaje —Premio Max al Mejor Espectáculo Revelación 2020— y Las Bingueras de Eurípides —finalista a la Mejor Adaptación Teatral en los Premios Max 2024—.

Su sello artístico combina la tradición culta literaria con la cultura popular, el folklore y el espíritu carnavalesco de su tierra. En La reina brava, esa mezcla vuelve a brillar con fuerza: una tragedia palaciega convertida en una fiesta de ingenio, crítica y carcajadas.