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Vivir la Navidad con una silla vacía

Dolores Quiroga, usuaria de la iniciativa 'Es Navidad y hay una silla vacía', de la fundación La Caixa. Foto: César Sánchez.
Dolores Quiroga (D), usuaria de la iniciativa 'Es Navidad y hay una silla vacía', de la fundación La Caixa, junto a su psicóloga, Susana Marcos (I). Foto: César Sánchez.
Dolores Quiroga (D), usuaria de la iniciativa 'Es Navidad y hay una silla vacía', de la fundación La Caixa, junto a su psicóloga, Susana Marcos (I). Foto: César Sánchez.
Dolores Quiroga (D), usuaria de la iniciativa 'Es Navidad y hay una silla vacía', de la fundación La Caixa, junto a su psicóloga, Susana Marcos (I). Foto: César Sánchez.
Dolores Quiroga (I), usuaria de la iniciativa 'Es Navidad y hay una silla vacía', de la fundación La Caixa, junto a su psicóloga, Susana Marcos (D). Foto: César Sánchez.
Dolores Quiroga (I), usuaria de la iniciativa 'Es Navidad y hay una silla vacía', de la fundación La Caixa. Foto: César Sánchez.
Dolores Quiroga (I), usuaria de la iniciativa 'Es Navidad y hay una silla vacía', de la fundación La Caixa. Foto: César Sánchez.
Las Fundación La Caixa pone en marcha una iniciativa para ayudar a personas que vivirán estas fechas con el dolor de la reciente pérdida de un ser querido

La Navidad es un tiempo de celebración, de felicidad, de compartir con los amigos y la familia. Pero no para todos. Hay quienes estos días se sentarán a celebrar y solo serán capaces de ver que hay un hueco vacío en la mesa, que falta alguien y que la Navidad nunca volverá a ser igual.

Son personas que recientemente han perdido a un ser querido y que se enfrentan, por primera vez, a la Navidad sin ellos. Un momento complicado para el que, a veces, hace falta ayuda y, sobre todo, acompañamiento y comprensión. 

'Es Navidad y hay una silla vacía'

Eso es lo que pretende la iniciativa ‘Es Navidad y hay una silla vacía’, enmarcada dentro del programa de Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación La Caixa, que gracias a un convenio con Sacyl está implantado en el Hospital del Bierzo desde abril de 2023. 

Al frente de él se encuentra la psicóloga Susana Marcos, quien se encarga de dar apoyo emocional tanto a pacientes con enfermedades graves como a sus familiares durante el proceso y después de la pérdida. 

“El objetivo del acompañamiento no es solo ayudar el paciente, sino también a la familia. Lo tomamos como un grupo completo. No atendemos solo al familiar o solo al paciente. Incluso también a amigos, porque realmente consideramos que las personas que están junto a los pacientes son sus personas importantes y son las que van a necesitar de nuestro acompañamiento”, explica Marcos.

Colaboración con profesionales y hospitales

La Fundación La Caixa trabaja en colaboración con la Asociación para el Desarrollo de los Cuidados Paliativos y el Tratamiento del Dolor a nivel nacional. Gracias al acuerdo alcanzado con Sacyl, Marcos está integrada en el equipo del área de paliativos del Hospital del Bierzo, donde participa en sesiones clínicas y está al día de todos los casos, aunque aclara que ella nunca interviene en el ámbito hospitalario. 

“Mi trabajo es con las familias y los pacientes en sus domicilios. Cuando les dan el alta me avisan y yo paso a conocerles y les ofrezco mi acompañamiento en casa. A partir de ese momento voy concertando citas para verles y trabajar en función de cómo esté cada uno”, explica. 

La Navidad: un momento especialmente difícil

Una labor que en momentos como la Navidad es mucho más complicada, especialmente cuando ha habido una pérdida reciente. 

“Es una época bastante difícil cuando hemos perdido a un ser querido porque hay un choque entre lo que estamos viendo en la calle, lo que se nos transmite, que hay que tener felicidad, que todos tenemos que estar muy contentos y tenemos que estar estupendamente. Pero, lógicamente, cuando uno está en duelo, el dolor y el desgarro que tienes dentro no te permite estar muy feliz, por mucho que sea Navidad”, asegura. 

La psicóloga advierte que es muy importante transmitir a la familia que cuando alguien está “en duelo” no se le puede forzar a estar alegre, hay que permitirle “estar triste, porque a veces invalidamos la tristeza” y, simplemente, acompañarles. 

“Sales a la calle, todo son luces, música, y eso choca mucho con la tristeza que llevas dentro y es muy complicado”, recuerda Marcos, quien cree que por eso esta iniciativa de La Caixa es “importante”. 

“Lo que nosotros tratamos de hacer entender es que, lógicamente, hay que estar triste porque si lo estás no lo puedes disimular, tenemos que permitirnos estar tristes cuando hemos perdido a la persona amada. No puedes estar alegre”, insiste. 

Pero eso no significa que haya que estar solos. “Cuando uno está en duelo no queremos celebrar, pero tampoco estar solos. Necesitamos estar arropados por las personas que nos quieren. El mensaje que yo daría a las familias es ese: vamos a acompañar, a arropar a la persona que está pasando el duelo y vamos a permitirle que esté triste, no pasa nada. Sin forzar porque es verdad que hay un espacio vacío en la mesa y la persona que está doliente es la que va a sentir ese espacio, esa sensación de que hay una silla vacía”. 

La Navidad de Dolores

Este año la psicóloga está trabajando con Dolores Quiroga, una vecina del barrio ponferradino de Cuatrovientos, que perdió a su marido, Manolo, hace tan solo seis meses, después de 63 años juntos. Medio año de duelo en el que la intervención de Marcos, a través del programa de La Caixa, ha sido fundamental para traerle “paz”. Una paz que se rompe con la llegada de un momento tan señalado como la Navidad. 

“Cuando falleció mi marido me encontré en un sitio muy oscuro, no veía nada. Me preguntaba qué hacía yo aquí, tenía un vacío muy grande. Desayunaba y lloraba, comía y lloraba. Empezó Susana a venir a ayudarme, me hablaba, me hacía comprender las cosas de otra manera y poco a poco lo he ido llevando, pero me cuesta mucho. Cuando viene Susana me trae paz. Me ha ayudado mucho y quiero que no se olvide de mí”, cuenta a Ical. 

“Ahora llega un momento mucho más complicado. Siempre me gustó decorar muy bien la casa y ahora tengo las cajas ahí y nada me gusta”, dice con lágrimas en los ojos. “Me falta la luz que necesito”, añade. “Llevábamos 63 años juntos. El año pasado hicimos una fiesta muy bonita para celebrarlo y qué sabíamos lo que iba a llegar. Hay momentos que necesito llorar”, dice. 

Procesos diferentes

La psicóloga también recuerda que cada persona tienen un proceso de duelo diferente y que hay que respetarlo. “No hay dos duelos iguales y la red de apoyos es muy importante”, asegura.

En el caso de Dolores tiene muy cerca a su hermana, quien también es viuda desde hace siete años, y a su cuñado y a sus vecinos, quienes cada día le recuerdan todo el cariño que sienten por ella y por Manolo. 

“Yo cuando salgo a la calle y me encuentro con conocidos, me preguntan cómo voy y muchos me lo recuerdan con cariño. No sabía que la gente lo quería tanto. Y me alivia mucho porque me dejó un vacío muy grande”, lamenta la mujer. 

Dolores agradece mucho la compañía de su hermana, quien pasó por este mismo momento hace siete años. “Ella quiere que yo no tenga este dolor, pero no lo puedo quitar, es más fuerte que yo”, señala. 

Y es que sabe que cuando estos días se siente a la mesa no va a poder evitar ver la silla de Manolo vacía. “Me faltará en todo. Veré ese sitio tan vacío que me costará mucho, pero no me queda otra. Sé que no va a volver, pero siempre lo tengo conmigo. Sé que está a mi lado”, afirma. 

Poco a poco Dolores irá rehaciendo su vida, aunque sea sin Manolo. “Va a aprender a vivir sin él, físicamente, pero sabrá que está con ella”, dice la psicóloga, quien sabe que habrá muchas personas, estas navidades, en la misma situación de Dolores, que sentirán el dolor de “esa silla vacía” pero que deben saber que, aunque sea Navidad, la tristeza “está permitida” y hay que vivir el duelo para poder sanar.