Una noche para Gaudí
La Plaza de San Marcelo, en pleno corazón de León, fue anoche mucho más que un punto de encuentro urbano. El empedrado vibró con música y emoción durante el concierto de cumpleaños de Antonio Gaudí, organizado por el Museo Casa Botines Gaudí con motivo del aniversario del nacimiento del arquitecto catalán.
Frente a la majestuosa fachada modernista del edificio diseñado por el propio Gaudí en 1891, el pianista Sigfrido Cecchini ofreció un recital que conjugó historia, sensibilidad y una cuidada ambientación lumínica. Más de 300 personas ocuparon asientos y escalinatas, mientras otras muchas siguieron la actuación desde pie, atraídas por el poder envolvente de la música y la belleza del entorno.
Un repertorio para viajar al pasado
El programa musical transportó al público a la atmósfera artística de finales del siglo XIX y principios del XX, el contexto vital de Gaudí. Cecchini interpretó con solvencia piezas de Giacomo Puccini, Piotr Ilich Chaikovski y Jacques Offenbach, conectando al público con las emociones de una época en la que arquitectura, música y cine comenzaban a hablar un lenguaje común: el de la emoción estética.
Uno de los momentos más aplaudidos llegó con la selección de bandas sonoras de películas mudas de Charlie Chaplin, en arreglos delicadamente adaptados para piano. El broche lo pusieron temas del jazz más temprano, como What a Wonderful World de Louis Armstrong, que sumó calidez y un toque nostálgico a la noche.
Luces, velas y arquitectura: un homenaje multisensorial
La magia no estuvo solo en la música. El evento contó con un montaje especial de velas y luces suaves que delinearon los contornos góticos del edificio de Casa Botines y envolvieron al público en una atmósfera de recogimiento y admiración. Las escalinatas, decoradas con elementos florales y una tenue iluminación dorada, se transformaron en un escenario natural a los pies del genio de Reus.
Numerosos asistentes destacaron el contraste poético entre las piezas clásicas y la fachada de piedra neogótica, donde la luz parecía resbalar como una melodía visual. “Escuchar Puccini mientras Gaudí nos contempla desde sus balcones es una experiencia única”, comentaba emocionada Ana García, profesora de arte que no quiso perderse el evento.
Gaudí, vivo en León
El concierto, ya convertido en una tradición cultural del verano leonés, fue más que un acto conmemorativo: una declaración de amor al arte, al patrimonio y al poder de la música en el espacio público. Con este homenaje, el Museo Casa Botines Gaudí, reafirma su compromiso con una programación que conecta la historia con el presente y devuelve a la ciudad su pulso artístico más íntimo.