Sin acuerdo (como es tradición) en un 'Foro u Oferta' con ironía, estampitas y calculadoras

El Claustro de la Catedral ha sido un año más el escenario de la ceremonia del Foro u Oferta de Las Cantaderas, con la participación de la Corporación Municipal encabezada por el alcalde, José Antonio Diez. Este año, el concejal Jon Fernández ejerció como síndico municipal, mientras que el Cabildo Catedralicio estuvo representado por Mario González. Donde no hubo novedades es en la resolución de la ancestral disputa entre pueblo e iglesia que acabó en las tradicionales tablas tras un acalorado y divertido debate verbal.

González hizo entrega al síndico municipal de una calculadora "para que el alcalde controle el gasto", mientras que Fernández entregó al Cabildo una estampita de San Martín de Porrres, en homenaje a los trabajadores de limpieza de León, los actuales y los pasados. “Incluido el compañero que atropelló al bueno de Genarín. Él nunca se imaginó el trabajo que daría a sus compañeros en Viernes Santo”, ironizó el edil.

Así, como ya es tradicional, la resolución del Foro u Oferta en el que se debate si el pueblo de León acude libre y voluntario a hacer la ofrenda para celebrar la liberación de las cien doncellas, tendrá que esperar al próximo año. "Las cargas se imponen, pero la fe no: la fe se vive. Y este pueblo la vive con dignidad, memoria y sin ataduras”, recordó González durante el cruce dialéctico en el que hubo también un recuerdo para los bomberos forestales, "los auténticos guardianes de nuestro Reino", según afirmó Fernández.

La celebración contó este año con la presencia del presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, así como otras autoridades y representantes institucionales y sociales.

El tributo de las 100 doncellas y las Cataderas

San Froilán (vea el programa completo aquí) es tradición y la tradición rememora el legendario tributo de las cien doncellas que, en tiempos del rey Mauregato, los reinos cristianos entregaban a los califas musulmanes para evitar ataques.

Según cuenta la leyenda, las jóvenes de León, destinadas a ese destino, se rebelaron en tiempos del rey Ramiro I cortándose una mano antes que someterse. Ese acto de valentía derivó en la negativa del monarca a continuar pagando el tributo y en la batalla de Clavijo, donde habría derrotado a Abderramán II con la ayuda del apóstol Santiago.

La ofrenda al Cabildo y el papel de la Sotadera

En agradecimiento por aquella victoria, el pueblo de León estableció una ofrenda al Cabildo Catedralicio que, con el tiempo, se convirtió en la ceremonia actual. Cada año, las jóvenes que representan a Las Cantaderas, vestidas con trajes de gala, acuden acompañadas por la Sotadera, figura que simboliza a la mujer de la corte del emir enviada para instruirlas en los usos musulmanes.

Tras la danza de las doncellas, se celebra el tradicional debate del “Foro u Oferta”, en el que Ayuntamiento y Cabildo cruzan argumentos sobre el sentido de la ofrenda: si se trata de una obligación o de un gesto voluntario. Como dicta la costumbre, el desacuerdo nunca se resuelve, lo que mantiene viva la tensión simbólica entre el poder civil y el religioso.

Una cita de interés turístico y cultural

Documentada desde antiguo, la ceremonia de Las Cantaderas se ha consolidado como uno de los actos más vistosos y esperados de San Froilán. Su carácter único y su carga histórica la han hecho merecedora de la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional, atrayendo cada año a numerosos leoneses y visitantes.

Con la Catedral como escenario, Las Cantaderas representan no solo un recuerdo de las leyendas medievales, sino también la fuerza de una tradición que sigue formando parte esencial de la identidad cultural de León.