Addoor Sticky

Una acusación firme ante una negación tajante: "No maltraté a Jesusa, nunca le puse insulina"

Declaración de la acusada en el juicio por la muerte de una anciana en una residencia de mayores de León. Foto: Campilo
Declaración de la acusada en el juicio por la muerte de una anciana en una residencia de mayores de León. Foto: Campilo
Declaración de la acusada en el juicio por la muerte de una anciana en una residencia de mayores de León. Foto: Campilo
Declaración de la acusada en el juicio por la muerte de una anciana en una residencia de mayores de León. Foto: Campilo
Declaración de la acusada en el juicio por la muerte de una anciana en una residencia de mayores de León. Foto: Campilo
Declaración de la acusada en el juicio por la muerte de una anciana en una residencia de mayores de León. Foto: Campilo
La Fiscalía mantiene la petición de prisión permanente revisable para la auxiliar Silvia V.R., acusada de inyectar insulina a una residente de 98 años; la defensa niega cualquier implicación y denuncia falta de pruebas

El juicio contra Silvia V.R., auxiliar de Enfermería acusada de asesinar a una anciana de 98 años en la Residencia Virgen del Camino de León, concluyó este viernes en la Audiencia Provincial con posturas totalmente enfrentadas. Mientras la Fiscalía mantiene la solicitud de prisión permanente revisable por un presunto delito de asesinato con alevosía, la defensa exige la absolución por falta de pruebas. El caso está siendo juzgado por un jurado popular.

Según la acusación, el crimen ocurrió el 17 de agosto de 2022, cuando la acusada, presuntamente molesta por haber sido apartada del trabajo tras una queja, habría accedido al cuarto de Enfermería, obtenido un bolígrafo de insulina —medicación que solo precisaba una residente— y regresado a la habitación de Jesusa, la víctima, para administrarle varias dosis con intención de acabar con su vida. La anciana, que padecía demencia, falleció días después.

“Nunca la maltraté, nunca le puse insulina”

Durante su declaración, Silvia V.R. negó rotundamente todas las acusaciones, tanto en relación con la agresión como con la administración de la insulina. “Nunca maltraté a Jesusa. Nunca tuve en mi poder la insulina ni se la inyecté”, afirmó con vehemencia. La acusada cuestionó también la versión de una compañera que aseguró haberla sorprendido golpeando a la residente: “Entró como un elefante en una cacharrería y empezó a decir que le estaba pegando. Ella simplemente se llevó las manos a la cabeza, pero no dijo nada”.

En un testimonio enérgico, a veces desafiante, negó que pudiera haber realizado el recorrido que plantea el fiscal sin ser vista: “Es imposible ir desde el vestuario al pasillo de Jesusa sin pasar por delante de todos los que estaban allí”. Subrayó además que las auxiliares no manejaban insulina: “Yo no cogí ningún boli. Sabía dónde estaba porque lo imaginaba, pero no lo utilizaba”.

Un anillo hallado en su domicilio, pieza clave

Uno de los elementos que la acusación considera incriminatorios es la aparición de un anillo en su domicilio, que la Policía atribuye a la víctima. La procesada reconoció su hallazgo pero negó que perteneciera a Jesusa: “Lo encontré en el suelo. Sé que estuvo mal quedármelo, pero no era de ella”.

La defensa insistió en la ausencia de parte de lesiones, en la falta de pruebas concluyentes y en el hecho de que la procesada se encontraba ya en su casa cuando ocurrieron los hechos clave. “Me gusta mi trabajo, es vocacional. Esto no lo puede hacer alguien que solo busque dinero”, dijo Silvia V.R. en su alegato final, en el que reiteró que nunca tuvo conversación ni relación con la víctima debido a su estado cognitivo.

El jurado popular, ante una decisión compleja

Con los testimonios cerrados y las posturas claras, el caso queda ahora en manos del jurado, que deberá deliberar si existen pruebas suficientes para condenar a la acusada por asesinato con alevosía o si, por el contrario, las dudas razonables obligan a su absolución. La sentencia, que se espera en los próximos días, pondrá fin a uno de los procesos judiciales más delicados de los últimos años en León, con una vida humana en juego y una acusación extremadamente grave sobre la mesa.