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El Ayuntamiento retira sus dos últimos radares: el de Eras por multón e impopular y el del Campus de la ULE por no imponer sanción alguna

Imagen de la tornillería tras la retirada de uno de los nuevos radares. Foto: M.A.G.
El Ayuntamiento medita la retirada de las sanciones del radar de Padre Isla | León retira los dos últimos radares tras menos de dos meses en funcionamiento | El de Padre Isla cayó por presión vecinal y el de Joaquín González Vecín por su nula eficacia

Los dos últimos radares posicionados por el Ayuntamiento de León caen al mismo tiempo en la capital. El primero, el radar fijo de Padre Isla, ha sido retirado por la presión popular después de que limitara el tráfico a 30 kilómetros por hora en una zona de "riesgo cero" según los vecinos de Eras de Renueva.

Su afán recaudatorio le llevó a sancionar hasta 200 conductores al día, sanciones que ahora el consistorio estudia no tramitar.

El segundo, el ubicado en la calle Joaquín González Vecín, en las inmediaciones del Campus de la Universidad de León ha sido eliminado por todo lo contrario. Su errónea ubicación junto a un paso de cebra elevado hacía que las sanciones del mismo fueran "cero".

Ambos radares fueron instalados el pasado mes de junio y ninguno ha llegado a los dos meses de vida.

Imagen del radar de Padre Isla, en Eras de Renueva, ahora ya retirado.

Un radar que generó polémica desde el primer día

El dispositivo de Padre Isla, situado frente al centro deportivo de Eras de Renueva, se convirtió en el más polémico de la ciudad. La ubicación elegida por el equipo municipal fue objeto de críticas constantes, al tratarse de un tramo sin viviendas, con apenas tránsito peatonal y limitado a 30 kilómetros por hora.

Las denuncias comenzaron a acumularse desde la primera semana. Se llegaron a registrar jornadas con más de 200 sanciones, lo que disparó las sospechas de los vecinos sobre un claro objetivo recaudatorio. La instalación tampoco contó con informes de la Policía Local, algo que alimentó aún más el malestar ciudadano.

Críticas en el pleno y defensa socialista

La Unión del Pueblo Leonés (UPL) llevó el asunto al pleno municipal, reclamando la retirada inmediata del radar y cuestionando el supuesto respaldo vecinal. El portavoz socialista, Vicente Canuria, defendió sin embargo la medida, asegurando que la colocación había sido pedida por residentes de la zona, pese a que no existe asociación vecinal en Eras de Renueva que lo avalara.

El desmontaje confirma el error

Pese a esa defensa inicial, el Ayuntamiento terminó ordenando el desmontaje del radar, apenas unas semanas después de haber advertido que la medida había reducido en un 7% la velocidad media de los vehículos. El retiro se produjo cuando la presión social ya resultaba insostenible y las críticas se multiplicaban en la calle y en el propio pleno municipal, al que de nuevo estaba previsto que llegaran más quejas desde la oposición.

Carcasa de radar móvil ubicada en el entorno del Campus de Vegazana y ya retirada.

Un negocio de sanciones millonarias

El radar estaba calibrado para dispararse a partir de los 38 km/h, según fuentes municipales. Esa configuración hacía que circular a 50 km/h se tradujera en una multa de 100 euros, sin pérdida de puntos, pero que superar los 60 km/h elevara la sanción a 300 euros, alcanzando los 600 euros para los conductores que rebasaban los 80 km/h.

El cálculo de los ingresos generados durante las pocas semanas de funcionamiento no es menor: con hasta 200 sanciones diarias, que ahora se medita si procede su tramitación dada la respuesta popular.

El caso del radar de la Universidad

En contraste, el radar de Joaquín González Vecín solo registró sanciones testimoniales. Su colocación junto a un paso de cebra elevado, que obligaba a frenar a los vehículos, lo convirtió en un aparato inútil. Su retirada, simultánea a la de Padre Isla, evidencia a juicio de la oposición que "se tenía razón cuando se decía que estos dos radares era fruto de la improvisación" con la que el Ayuntamiento gestionó la colocación de los equipos.