César González, fundador de 'Clean Something For Nothing': "Me encantaría que León resurgiera un poco"
César González, joven natural de Villaobispo, recuerda su infancia como la típica de un niño, estudiaba en Jesuitas y le gustaba jugar al fútbol y andar en bici. También “jugaba con mi vecino Pablo todos los días, vivíamos un poco apartados y éramos los dos únicos amigos de la manzana, nos convertimos en mejores amigos”, relata.
Tras finalizar sus estudios en Jesuitas, antes de empezar la universidad, se fue un año a Inglaterra para aprender inglés para, posteriormente, a su llegada comenzar “en la primera hornada de Comercio Internacional en la Facultad de León”, detalla César.
Aventuras en el extranjero
Pero sus ganas de descubrir mundo no cesaron, con una primera experiencia en el extranjero y una carrera que le permitía moverse a nivel internacional, César decide realizar un Erasmus en su tercer año de universidad, concretamente en Alemania. Y lejos de ser su último viaje, al finalizar la carrera, ese mismo verano, en 2014, se fue a París a aprender francés en una escuela de idiomas cuatro horas al día y a “buscarme la vida para empezar a trabajar”.
César recuerda sus primeros momentos en Francia trabajando vendiendo zapatos en un centro comercial de moda y asegura que muy pronto “conseguí un trabajo mejor, más de lo que yo estudiaba, en una empresa de muebles, que da la casualidad que tenía su producción en Málaga”. Tal como indica, este trabajo es en el que considera que entró en el mundo laboral “más de lleno, trabajé en el departamento de compras. Al año, ofrecieron un puesto como jefe de producción en Málaga”. Fue entonces cuando, en febrero de 2016, César vuelve a Málaga.
Adiós a Málaga, hola 'Clean Something For Nothing'
Habla de este primer paso a nivel laboral como un “período muy bueno”, en el que recuerda haber trabajado muy duro y haber aprendido mucho de todo el mundo. Pero nuevamente, su ansia por conocer mundo, le lleva, al terminar esta etapa a hacer un viaje por Europa del Este, “aquí fue donde empieza el tema 'Clean Something For Nothing'”, asegura César.
Un viaje que comenzó individualmente y que, al poco tiempo, se unió la que hoy en día es su mujer, Anya. Por aquel entonces, en cada lugar que acampaban, antes de sacar las mesas y las sillas y montar todo, aprovechaban unos minutos para limpiar la zona. Es ese momento en el que se dan cuenta “y vemos que hemos creado un valor enfrente nuestro, vemos que tiene impacto, que es bueno para nosotros disfrutar de ese lugar mucho mejor, también es bueno para el que venga detrás nuestro. Para todo el mundo, para los animales, la vegetación, para todos es bueno que no haya basura”, afirma y continúa diciendo que este sencillo acto, que puede llevar a cabo cualquiera, “nos hace tener a nosotros un poco más de cabeza en cuanto a qué tiramos, qué consumimos. El hecho de practicar limpiezas te hace pensar, te hace reflexionar”.
Para ellos, lo que hacían no era más que un hobby, pero se animaron a hacerlo público, con la idea de que otros se sumasen a esta interesante iniciativa, así es como empezaron a documentar sus recogidas, subiendo una foto con una bolsa de basura recogida en la que solo se veía la mano a su perfil de Instagram @cleansomethingfornothing. Además, ponían una banderita en los países en los que iban recogiendo.
El hashtag que utilizaban, #cleansomethingfornothing, empezó a coger mucho uso, hasta tal punto que, en la actualidad, tiene más de 16.000 posts, algo poco común en una etiqueta tan larga, tal como asegura César. “Nos dimos cuenta ahí, al tiempo, que ya teníamos una comunidad. Había gente que también hacía 'Clean Something For Nothing', no éramos nosotros solos, de hecho, había gente antes de nosotros también. Pero digamos que esto se intensificó”, indica.
Consolidación del proyecto sostenible
César narra que, tras un tiempo en carretera, llegó el momento de asentarse, junto a Ania, con el fin de conseguir un trabajo y estabilidad. Es cuando deciden, en verano de 2019, ir a vivir a Luxemburgo, lugar que se ha convertido en su hogar hasta el momento.
Pero solo unos meses después, cuando llega la pandemia, es cuando César conoce a Léster, por mediación de su “vecino y gran amigo Pablo”. Lo que hasta aquel entonces era un hobby, empieza a convertirse en una realidad. “Allí empezó todo”, recuerda el leonés, “Léster es programador full stack. Le encantó el proyecto, empezamos a hablar, empezamos a pensar. Y él, como es un crack en el desarrollo de apps, empezó con el desarrollo de la aplicación. Eso fue lo que elevó este hobby al siguiente nivel”. Además, cabe destacar que también disponen de una web donde conocer toda la información acerca del proyecto.
La pandemia les dio el tiempo necesario para poder hacerlo. Consiguieron lanzar una versión beta de la app con un grupo cerrado de usuarios que ya conocían, como Encarni, de ‘Mi Pueblo Limpio’ de Cantabria, Quique Bolsitas de Sevilla o Ana de ‘Berlin Litter Pickers’. Estas personas ya formaban parte de su comunidad y les ofrecieron muy buen feedback. Esto, sumado a un exhaustivo análisis de mercado de las 14 aplicaciones de limpieza de basura que existían ya en aquella época, hicieron posible que la aplicación 'Clean Something For Nothing' se lanzase oficialmente en febrero de 2022.
“Hoy en día, tenemos más de 6.000 limpiezas en 73 países, lo que son un total de más de 780.000 kilos de basura recogida por voluntarios. Tenemos muchas recogidas sobre todo en España, en Alemania, Estados Unidos y Chile”, confirma César sobre el balance actual de su app.
Un paso más en su carrera
Pero lejos de estancarse, el proyecto que nació como un simple hobby, no ha hecho más que avanzar. “Hace un año y dos meses decidimos formalizar este proyecto bajo una empresa de impacto social sin ánimo de lucro”, comenta César al Heraldo de León. Asegura que este tipo de compañía en Luxemburgo permite conseguir ingresos, pero obliga a que el cien por cien de lo generado se vuelva a reinvertir. Y en el caso de 'Clean Something For Nothing', las métricas de impacto determinan que las ganancias se inviertan en conseguir más voluntarios, más limpiezas realizadas y más kilos recogidos, puesto que la misión, tal como está fijada en los estatutos, está directamente vinculada al impacto social y medio ambiental.
En la actualidad, el proyecto de César trabaja con empresas, enfocado en el ámbito de la responsabilidad social corporativa, con tres ramas de actuación. Por un lado, buscan ofrecer una limpieza con mayor impacto a través de ‘Pick and Plant’, un plan con el que, por cada limpieza realizada, se planta un árbol. También organizan eventos corporativos donde llevan a cabo limpiezas con los empleados. Por último, ofrecen la app como servicio, un tipo de acción que César nos relata a través de una campaña que han llevado a cabo con la Fundación Naturgy, en la que usar la aplicación como challenge, para crear un reto a nivel nacional, permitiendo a la compañía hacer un seguimiento de las recogidas por parte de todo el equipo.
Por otro lado, también trabajan con ayuntamientos, ofreciendo la aplicación bajo un programa que se llama ‘Limpiemos’ más el nombre del municipio. De este modo, buscan involucrar a los ciudadanos para que formen parte de la solución contra la ‘basuraleza’, término acuñado para la basura en la naturaleza. Para ello, los vecinos pueden participar, ya sea limpiando basura o alertando sobre vertederos ilegales, enviando una notificación al ayuntamiento con fotos para que se encarguen de la limpieza. César asegura que, a través de esta acción “conseguimos una ciudadanía un poco más consciente, colaborativa, más unida, que le importa el sitio donde vive, que cuida el lugar donde es feliz”.
Con la ‘tierrina’ siempre en la mente
A pesar de las grandes aventuras y proyectos que César ha ido cosechando alrededor del mundo, afirma que “vivir fuera de la ‘tierrina’ me molesta, sobre todo, por la familia y amigos que tengo allí”. Hasta el punto que, se están planteando la idea de volver con su familia.
Y aunque eche de menos su ciudad natal y todo lo que ella le ofrece, César no puede evitar comentar: “me da mucha lástima todo el talento que hay en León y que se tiene que ir porque no encuentra lugar para desarrollarlo en la provincia”, a lo que añade que “me encantaría ver un cambio y me encantaría, cuando volvamos, poder ser parte de él. Ayudar al ecosistema, a que la gente se quede en la ‘tierrina’”.
“Me encantaría que León resurgiera un poco” finaliza César, con la idea en mente de conseguir que su tierra sea el sitio ideal, no solo al que volver, sino del que nunca irse.