Las compañeras de la mujer acusada de la muerte de Jesusa no respaldan sus argumentos
La Audiencia Provincial de León ha acogido este miércoles la segunda jornada en el juicio con jurado popular contra una auxiliar de enfermería acusada de provocar la muerte de una residente de 98 años -Jesusa- con una inyección de insulina. La Fiscalía mantiene la acusación de asesinato con alevosía y solicita para ella la pena de prisión permanente revisable, al considerar que actuó en venganza tras un enfrentamiento previo con la víctima.
La sesión de hoy se centró en los testimonios del entorno profesional de la acusada, que trabajaba en la residencia Virgen del Camino de León. Entre las declaraciones más relevantes estuvo la de una compañera que detalló la sorpresa del equipo médico al comprobar que la anciana, que no era diabética, ingresó en el hospital con un cuadro severo de hipoglucemia.
Un “boli” de insulina desaparecido
Durante su intervención, esta trabajadora señaló la desaparición de una jeringuilla de insulina, un “boli” destinado a otra residente, que según dijo, no pudo haber sido administrado por error. También aseguró haber alertado de la desaparición a los responsables del hospital antes de conocer el diagnóstico de la paciente, lo que para la acusación refuerza la hipótesis de que la inyección fue deliberada.
El fiscal sostiene la premeditación
El Ministerio Público sostiene que la acusada, que ya había sido apartada temporalmente de su puesto tras una presunta agresión previa a la misma anciana, accedió al carro de medicación antes de marcharse del centro. Allí habría tomado el dispositivo de insulina y lo utilizó con la intención de causar la muerte a la residente, quien se encontraba acostada y en un estado de gran vulnerabilidad.
La víctima entró en coma horas después y falleció en el hospital 17 días más tarde, el 4 de septiembre de 2022. La Fiscalía recuerda que la acusada ya se encuentra en prisión preventiva por otro caso con características similares y ha añadido al proceso una acusación por lesiones.
La defensa: "No estaba allí"
Por su parte, la abogada defensora ha negado tanto la agresión inicial como la autoría de la inyección. Ha argumentado que no existen partes médicos que acrediten malos tratos y que su clienta ya no estaba en la residencia cuando pudo haberse producido la inyección letal. Además, ha planteado que podría haber intereses dentro del centro para incriminarla, dado que otros trabajadores también estaban siendo investigados.
La defensa pone en duda que una inyección de insulina tenga efectos tan prolongados y letales después de tantos días, y ha pedido el sobreseimiento del caso y la absolución.
El juicio prosigue
El proceso se alargará durante el resto de la semana. Este jueves será el turno de más testigos y expertos, mientras que la acusada prestará declaración al final del juicio. La expectación crece en torno a un caso complejo, en el que se cruzan elementos médicos, testimonios contradictorios y una acusación que apunta a un crimen premeditado dentro de un entorno de cuidados.