Granito amarillo, granito negro: las claves para la Calle Ancha
El icónico trazado de la calle Ancha de León se prepara para una profunda transformación. La obra, valorada en 2.755.364,6 euros, sustituirá el actual pavimento de caliza, colocado en 1998, por granito negro angola en el cuerpo central de la vía y granito dorado en los laterales. El nuevo material, más duradero y resistente al tránsito rodado y a las inclemencias del tiempo, replicará el diseño existente pero cambiará completamente su textura y composición.
La intervención afectará a toda la extensión de la calle, desde Santo Domingo hasta Puerta Obispo, abarcando también la plaza de Regla y la calle Ruiz de Salazar. El adoquinado nuevo tendrá un mínimo de 10 centímetros de espesor, con superficie abujardada para evitar deslizamientos.
Tres tramos diferenciados para minimizar el impacto
Para reducir las molestias a vecinos, turistas y comercios, el proyecto dividirá la actuación en tres zonas diferenciadas: el tramo frente a Botines y Ruiz de Salazar, el grueso de la calle Ancha y la plaza de Regla. Las obras se ejecutarán de forma ascendente, con la previsión de que todo el recorrido esté disponible antes de la Semana Santa de 2026, clave para la ciudad por su relevancia procesional.
Mejora estructural de la base y redes urbanas
Más allá del nuevo pavimento, la remodelación contempla la sustitución de las redes de saneamiento y abastecimiento en mal estado. También se repararán las zonas con blandones mediante una nueva solera de hormigón armado de 20 centímetros. En los cruces con pavimento enchinarrado, sin embargo, se conservará el material actual.
En cuanto al diseño, se establecerá un patrón uniforme de rectángulos de 3,36 por 4,90 metros, en los que se colocarán adoquines de granito negro, mientras que los bordes y zonas maestras se realizarán con losas de granito dorado y negro, según el uso previsto.
Selección de materiales durante la obra
Durante las primeras dos semanas de ejecución, se elaborarán tres muestras de cada tipo de pavimento, de un metro cuadrado, para que la dirección técnica municipal escoja la opción más adecuada. Estas muestras deberán incluir fichas técnicas, ensayos y documentación completa.
Asimismo, se prevé el recrecido de tapas de pozos y arquetas hasta alcanzar la nueva rasante de la calle, integrándolas con el mismo material que el resto del pavimento para garantizar la homogeneidad estética y funcional.
Una intervención necesaria
La actuación busca responder al deterioro progresivo de una calle clave en el urbanismo y el comercio del centro de León. Según los documentos técnicos, más del 40 % de la superficie actual presenta un desgaste severo que impide su recuperación. El resto del material retirado se almacenará para posibles reutilizaciones en otras zonas de la ciudad.
Con esta obra, el Ayuntamiento pretende dar solución a un problema arrastrado desde hace años, apostando por un material más resistente y un diseño que respete la estética original, pero adaptado a las necesidades del siglo XXI.