La historia tras la imagen del papa León XIV con la señal que indica León a 14 kilómetros: "Quiso hacerse esa foto"
El pasado viernes, el papa León XIV, antes conocido como Robert Francis Prevost, recibió en el Vaticano una visita muy especial. La comitiva, llegada desde Zamora, estaba encabezada por el obispo emérito Francisco Simón, el párroco Héctor Galán y el delegado de liturgia de la diócesis de Zamora, Narciso Lorenzo.
La reunión fue de carácter privado y más cercana que las audiencias habituales. “Simón ha sido obispo durante 30 años en Perú y de esos 30 estuvo 20 al lado de Prevost; son muy amigos”, explicó el sacerdote Héctor Galán al medio. “El secretario del papa contactó con él para concertar una cita, verse, saludarse y reencontrarse después de varios años, así que nosotros le acompañamos”.
Un regalo con sabor y humor
Los visitantes quisieron llevar varios obsequios típicos de su tierra. “Le entregamos un jamón de la zona, unas pastas, el catálogo de la exposición ‘Las Edades del Hombre’, que se celebra ahora en Zamora, y luego, para gastarle una medio broma, esa imagen enmarcada del punto kilométrico que hay en la carretera nacional N-630, que pone ‘León, 14 kilómetros’”, relató Galán a El HuffPost.
La elección del regalo no fue casual. Tras la proclamación de Prevost como León XIV, el pasado 8 de mayo, las redes sociales se llenaron de humor y memes con la fotografía de la señal de tráfico que indica “León, 14 km”. La broma se convirtió en símbolo del ingenio popular durante aquellos días.
El Papa y el chiste del kilómetro
Según narra Galán, el papa no entendió de primeras el significado del cuadro. “Tuvimos que explicárselo, porque no lo pilló al momento”, confesó entre risas. Sin embargo, cuando comprendió la referencia viral, León XIV estalló en carcajadas. “Le hizo mucha gracia una vez conoció el sentido. Había estado en Zamora y visitado León cuando era general de los Agustinos, así que le dijimos que ahora había un punto kilométrico con su nombre”.
El gesto, sencillo pero lleno de simbolismo y humor, se convirtió en una de las anécdotas más humanas y espontáneas de los primeros meses del nuevo pontificado.