El juicio por la muerte de una anciana en una residencia se complica por el choque entre forenses
La nueva jornada del juicio por la muerte de Jesusa, la residente de 98 años fallecida en la Residencia Municipal 'Virgen del Camino' de León, ha estado marcada por el intenso cruce entre peritos forenses, cuyas versiones sobre el fallecimiento presentaron claras divergencias. La duración de estas intervenciones obligó a aplazar hasta este viernes la declaración de la acusada, una auxiliar de enfermería a quien se imputa el asesinato de la anciana mediante la inyección de insulina.
El Ministerio Fiscal sostiene que la procesada actuó por venganza, después de haber sido apartada de sus funciones por un altercado previo con la víctima. Solicita para ella la pena de prisión permanente revisable. La defensa, en cambio, niega cualquier responsabilidad, subrayando que el fallecimiento no se produjo hasta 17 días después del presunto incidente.
Pinchazos, insulina y una muerte sin lesiones
Durante la sesión, los forenses que representan al Ministerio Público detallaron que el cuerpo de la víctima presentaba signos de haber recibido múltiples inyecciones en el muslo izquierdo. Según sus informes, las marcas eran incompatibles con picaduras de insectos y correspondían a una manipulación precisa, realizada por alguien con formación sanitaria.
Los expertos explicaron que Jesusa ingresó en el hospital en estado de coma profundo, consecuencia de una hipoglucemia severa. La autopsia confirmó que la causa del fallecimiento fue un fallo orgánico provocado por la administración externa de insulina, en una cantidad hasta ocho veces superior a lo normal.
Uno de los forenses ilustró ante el jurado cómo se puede aplicar una dosis letal con un 'boli' de insulina en cuestión de segundos. Para probar su afirmación, se inyectó delante del tribunal con una pluma vacía y mostró las marcas que dejó el dispositivo.
Enfrentamiento técnico y falta de consenso
La defensa, por su parte, presentó a un perito que descartó que la muerte pudiera atribuirse a una hipoglucemia. No ofreció, sin embargo, una explicación clara sobre la causa del fallecimiento, lo que provocó tensión en la sala. En varias ocasiones, la presidenta del tribunal tuvo que intervenir para exigir respeto en sus respuestas al fiscal.
Además, fueron descartadas otras posibles causas, como una infección de orina o complicaciones derivadas de la COVID-19. La prueba PCR a la entrada de la paciente en el hospital fue negativa, y los forenses negaron que patologías previas como la diabetes pudieran haber desembocado en el desenlace fatal.
Último día del juicio
Está previsto que este viernes concluya el juicio con la intervención final de la acusada y la exposición de las conclusiones tanto del Ministerio Fiscal como de la defensa. Será entonces cuando el jurado deba valorar un caso cargado de tecnicismos médicos, indicios forenses y una fuerte carga emocional.
La sobrina de la víctima, que abrió la sesión, resumió el sentimiento de la familia al reclamar simplemente justicia para Jesusa.
"Álguien tuvo que inyectarla"
“Alguien tuvo que inyectarla. Dados los niveles que presentaba en el momento en que ingresó en Urgencias, lo más compatible es que fuera una insulina lenta, de alta duración, y que hubiesen transcurrido más de seis horas desde que fue inyectada”, señalaron y en un momento de su testimonia añadieron que la medicación que tomaba la fallecida solamente pudo causarle una hipoglucemia leve y no severa, como la que sufrió. “Se le administró suficiente insulina para matarla, ocho veces superior al nivel normal de insulina, en una persona que no era diabética y de 98 años”, añadieron.
Por su parte, el perito aportado con la defensa, un médico que trabaja en residencias de ancianos sostuvo que desde 2012 la mujer había sido considerada diabética, aunque no conste control ni prescripción médica sobre esa dolencia crónica.
“Los estudios no valen para nada, porque cada cuerpo es diferente” dijo sobre los informes a los que aludieron los forenses previamente y señaló que “no se puede determinar con precisión la causa de la muerte” al tiempo que descartó que una hipoglucemia hubiera provocado el fallecimiento de la anciana. La jueza del caso llegó a tachar de “impertinentes” las palabras del perito en algún momento de su comparecencia.