Lleras 38, el atentado de ETA que pudo haber acabado con toda la clase política de León
21 años después de aquel atentado el exconcejal Alejandro Valderas revela que una veintena de representantes públicos había sido convocada en la cafetería minutos antes de la explosión, un extremo hasta ahora desconocido y que reabre preguntas sobre el objetivo real de aquella bomba
Veintiún años después de la última acción de ETA en León, ocurrida el 6 de diciembre de 2004, una pieza clave emerge para reinterpretar aquel episodio. El exconcejal de UPL Alejandro Valderas ha revelado ahora que, a la misma hora en la que estalló la bomba en la cafetería Lleras 38 de la Pícara Justina, una veintena de cargos políticos de la ciudad tenía previsto reunirse allí para “tomar un pincho” tras el acto institucional del Día de la Constitución.
“Ese día teníamos que haber estado todos dentro del local”, afirma a Heraldo de León, en un testimonio inédito que introduce un nuevo plano de lectura sobre el alcance y las posibles intenciones del atentado.
El día del ataque: lo que ocurrió y lo que pudo ocurrir
A las 13.29 horas, un artefacto de entre 300 y 500 gramos explotó en el altillo del lavabo de caballeros del establecimiento. La descoordinación en las indicaciones del comunicado de ETA obligó a una evacuación acelerada de la plaza, lo que evitó heridos pese a la destrucción total del local.
La Policía, que había establecido el cordón minutos antes, no pudo desalojar los inmuebles colindantes, aunque sí vació los bares de la zona. Aquella intervención rápida fue decisiva para que la explosión no causara víctimas.
La bomba
La bomba había sido colocada en la rejilla de ventilación y su deflagración generó un estruendo que muchos ciudadanos contemplaron desde la distancia de seguridad.
Durante horas, los artificieros de la Guardia Civil —con la ayuda de la perra Katia— y los bomberos revisaron el edificio para descartar más cargas explosivas. Finalmente, tras las tres de la tarde, el operativo se levantó con la certeza de que no existían más amenazas.
La cita que nunca llegó a producirse
Lo que hasta ahora no había trascendido es que, según detalla hoy Alejando Valderas, en ese mismo local estaba previsto un pequeño ágape convocado por el entonces alcalde Mario Amilivia, quien había recuperado la alcaldía días antes.
A la cita acudirían concejales del Ayuntamiento de León, diputados provinciales, así como algunos diputados nacionales, senadores y familiares. Todos ellos habían participado esa mañana en el acto institucional del 6 de diciembre celebrado en la Diputación Provincial.
La comitiva iba de camino al lugar cuando un agente de Policía fuera de servicio, que paseaba a su perro, les cortó el paso. “Nos dijo que había algún tipo de problema y que no nos acercáramos. Así que nunca llegamos”, relata Valderas. Solo un retraso de minutos les impidió estar dentro del Lleras 38 en el momento en que estalló el artefacto.
Un interrogante que permanece abierto
El exconcejal insiste en que nadie puede saber si aquella reunión política figuraba o no entre los cálculos de los terroristas. “La bomba era para nosotros o no… eso es algo que nunca se sabrá”, reconoce.
Pero su versión, mantenida en silencio durante dos décadas y ahora hecha pública, introduce un elemento hasta ahora desconocido sobre la magnitud del riesgo.
El impacto de un testimonio que reescribe el relato
Las palabras de Valderas arrojan un nuevo punto de vista sobre un atentado que en su momento fue considerado de carácter indiscriminado y cuyo objetivo parecía limitarse a generar daños materiales.
Su declaración sugiere que, por azar o por diseño, el ataque pudo coincidir con la presencia —o ausencia por minutos— de una parte relevante de la clase política leonesa.
Aquel 6 de diciembre de 2004 quedó marcado por el estruendo de la explosión y por el recuerdo del atentado previo de ETA en la ciudad, el que en 1995 costó la vida al comandante Luciano Cortizo. Hoy, 21 años después, el testimonio de Valderas deja sobre la mesa una pregunta que continúa sin respuesta: ¿qué habría pasado si nadie les hubiera detenido en la esquina?