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Luto en el periodismo: fallece Manuel Carlos Cachafeiro, el taurino que amaba las noticias

Manuel C. Cachafeiro, en el Camarote Madrid de León, durante la presentación de una exposición.
Fallece de forma repentina a los 57 años el delegado del Bierzo de Diario de León, un periodista polifacético, incansable y profundamente humano

Hay noticias heladoras, que congelan el corazón, y el alma. Este lunes, de forma repentina, la vida se ha llevado al periodista de Diario de León Manuel Carlos Cachafeiro, a los 57 años. El periodista, natural de La Robla y padre de dos hijos, se sintió indispuesto mientras caminaba por la calle. Pese a la rápida actuación de los servicios sanitarios, nada se pudo hacer.

La noticia dejó noqueado al gremio periodístico y a todos los que, durante décadas, encontraron en sus textos una mirada aguda, creativa y generosa sobre la realidad leonesa, sobre el estado de la provincia.

Para muchos, era simplemente Cacha. Para otros, un periodista de raza que vivía el oficio como una forma de estar en el mundo. En su larga trayectoria, tejida entre redacciones, corresponsalías y suplementos, no sólo dejó artículos y reportajes, sino huellas personales imborrables. “Era de esos periodistas que ponían la mirada donde nadie más miraba. Y cuando encontraba un tema, ya tenía una historia lista para contar”, han recordado sus compañeros.

A pesar de las “cornadas” que la profesión le dio —como él mismo decía con sorna—, nunca se rindió. Siempre volvía al ruedo, con el cuaderno en la mano y la pasión intacta. “Los taurinos somos así”, remarcaba 

El arte, los toros y una curiosidad sin fondo

Además del periodismo, Cachafeiro cultivaba pasiones profundas: el arte, el coleccionismo y la tauromaquia. “Era un hombre tranquilo y un artista concienzudo”, escribió sobre él su compañero Marcelino Cuevas, fallecido hace unos años, quien le definió como “pintor meticuloso del abigarrado y colorista mundo de la fiesta de los toros”.

Ingeniero industrial de formación, periodista por vocación, artista por sensibilidad. Estudió en La Laguna, colaboró en radio, revistas especializadas y suplementos culturales, fue director de publicaciones médicas y mantuvo viva una curiosidad que le llevó a explorar todos los rincones de su entorno con una mirada propia.

Un legado entre tinta, premios y memoria

Su trayectoria profesional está jalonada de reconocimientos: Premio Cossío al mejor reportaje en Castilla y León (1997), Premio Coca-Cola de Periodismo (1998) y Mejor Reportaje del Círculo de Periodistas Leoneses en Madrid. Publicó tres libros, firmó reportajes memorables y fue pieza clave en proyectos editoriales como FDS o el Dominical de La Crónica de León.

Pero, más allá de los premios, el verdadero legado de Manuel Carlos Cachafeiro es el afecto que cosechó entre sus compañeros y lectores. Su capacidad para compartir ideas, generar temas nuevos cada día y su implicación con el territorio —especialmente con El Bierzo, donde era mucho más que un periodista— dejan un hueco imposible de llenar.

El periodismo leonés pierde a un referente cercano

La muerte de Manuel Carlos Cachafeiro deja una redacción huérfana y una comunidad sin uno de sus cronistas más atentos. En palabras de quienes le conocieron bien, Cacha era de esos profesionales que hacen que el periodismo merezca la pena. Cercano, sabio, tenaz y siempre con la palabra justa.

Su inesperada partida deja un silencio incómodo, una ausencia que se notará cada día en las páginas que ya no podrá firmar. Pero también deja una enseñanza: que el periodismo con alma, el que se hace con los pies en la calle y el corazón en las palabras, nunca pasa de moda.