El parque que nadie quiere
Apenas unos árboles resecos y una extensión de hierba amarillenta conforman hoy el único parque urbano del entorno de la calle Río Camba, en León capital. Situado entre algunas de las urbanizaciones más lujosas de la ciudad, el espacio, que debería ser un pulmón verde para cientos de familias, se ha convertido en un terreno baldío.
“Pagamos impuestos como todos, pero para esto parece que no da”, protesta María, vecina del barrio desde hace más de una década.
Dos años sin una gota de agua
La explicación oficial que han recibido los residentes les ha dejado perplejos: “Ese parque no se riega desde hace dos años”, admiten técnicos municipales.
Y así va a seguir. Según explican, el sistema de riego consistía en unas simples bocas de agua donde se acoplaban aspersores manualmente. “Era un sistema muy precario y se usaba poco, cuando Jardines lo ordenaba”, reconocen. La situación se agravó cuando las obras de edificación en la zona Este, hacia la carretera de Carbajal, rompieron el tendido de riego. Desde entonces, la infraestructura nunca ha sido reparada.
Un mantenimiento mínimo y sin futuro claro
La empresa concesionaria de zonas verdes sin red de riego no puede hacer más que pasar la segadora de vez en cuando. “Es como mantener un descampado”, señala la misma vecina. El mobiliario urbano es inexistente: no hay bancos, ni zona de juegos para niños. Es el parque que nadie quiere.
Los mismos vecinos han presentado quejas formales al Ayuntamiento de León, pero, de momento, no han recibido más respuesta que la confirmación de que la reparación no está programada.
Indignación vecinal
“Nos vendieron que vivir aquí era tener calidad de vida, y ahora tenemos el único parque del barrio convertido en un secarral”, lamenta Luis, otro residente. La comunidad reclama que se incluya la rehabilitación del parque en los próximos presupuestos municipales.
Mientras tanto, la imagen del terreno abandonado contrasta con las modernas fachadas y los jardines privados impecables que lo rodean, un recordatorio diario de lo que, por ahora, es un parque solo en el nombre.