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Purple Weekend

El Purple entra en trance, se apaga y acaba por despertar

Un momento de la actuación de 'Drink the Sea' en el Purple Weekend.
La superbanda 'Drink the sea' transporta al festival leonés a la psicodelia antes de regalar himnos como 'The one I love' de REM en una noche marcada por el fundido a negro de Espacio Vías tras el que llegó el 'Wake up' de The Boo Radleys | La organización avanza una participación de unas 4.000 personas en la presente edición del festival

La última jornada del Purple Weekend tenía reservadas varias sorpresas (no todas buenas) al público leonés, que acudió en menor número que los días anteriores al Espacio Vías el domingo en la noche. Ya por la mañana Lie Detectors habían calentado el ambiente y muchos valientes habían estado dándolo todo en el la fiesta Northern Soul Ballroom del Glam (con Pedro Pablo y Conor Bakhuizen a los platos). Pero faltaba la traca final, que arrancó con algo de retraso sobre lo previsto por problemas técnicos que los italianos The Pewees hicieron olvidar rápido con su poderoso rock and roll.

Uno de los momentos más esperado del festival llegó tras los italianos, con la presencia sobre el (reducido) escenario de la vieja estación de la superbanda 'Drink the sea', entre cuyos miembros figuras algunos nombres de autentica leyenda como Peter Buck (R.E.M), Barnett Martin (Screaming Trees, Mad Season), Alain Johannes (Queens Of The Stone Age, Eleven), Duke Garwood (Mark Lanegan Band), Lisette García y Abbey Blackwell (La Luz, Alvvays). Lo suyo -han publicado dos discos casi a la vez- es la experimentación y a ella se entregaron, generando una atmósfera entre el rock, la psicodelia y el virtuosismo que haría las delicias de cualquier gran festival de jazz del mundo. 

El trance

El Purple entró en trance al ritmo con que Johannes (de origen chileno y de quien se dice que fue quien enseñó a Flea a tocar el bajo) iba sacando su colección de instrumentos exóticos, entre los que no faltó el icónico sitar, que Harrison y Brian Jones recuperaron para el rock y popularizaron décadas atrás. Un viaje desde África hasta la India con parada a mitad de camino entre California y Nueva Orleans que meció al un público que disfrutó y, sobre todo, admiró la capacidad de un grupo de leyendas del rock para embarcarse en un proyecto como este por el mero hecho del amor a la música.

Duke Garwood y Peter Buck, con Drink the Sea en el Purple Weekend.

Las concesiones llegaron al final del viaje, condicionadas por el peso de los nombres que había sobre el escenario. Todo cambió con los primeros acordes de 'The one I love', uno de los clásicos temazos de R.E.M. que quedará en el recuerdo de los nostálgicos de la famosa banda liderada por Michael Stipe. La contundente 'Hanging Tree' de los Queens of the Stone Age puso el broche y terminó por sacar al público del trance. 

El apagón

Otra banda mítica, en este caso del britpop, como The Boo Radleys, tuvo la misión de terminar de 'despertar' a los congregados. Con 30 años en el negocio y en la única fecha en España de su actual gira de regreso, los británicos sufrieron más que disfrutaron sobre el escenario. La banda tuvo problemas con el sonido desde el principio (en líneas generales todo el Purple ha sonado bastante bien), y todo se complicó con el fundido a negro de la sala, cuyos fusibles saltaron por los aires.

Fue el momento incómodo del festival, con el batería y el trompetista -los únicos instrumentos que podían escucharse sin amplificación- improvisando para hacer tiempo. Se recuperó y se volvió a caer, lo que ya provocó la salida de la banda del escenario y rompió la magia de la noche.

Momento del apagón en Espacio Vías durante el concierto de The Boo Radleys.

El despertar

Tiraron de oficio y, una vez recuperada la luz, se lanzaron a interpretar su gran éxito 'Wake up', una canción que permanece en el imaginario colectivo musical y que siempre provoca una sonrisa. Despertó la sala y pudo terminar una jornada de altibajos que dejó momentos para el recuerdo en León. 

Como avance, desde la organización se cifró en 4.000 almas la participación del festival en esta 36 edición, sin duda marcada por el traslado al Espacio Vías.