"Hay que buscar los mecanismos para que la justicia sea accesible y cercana de forma real, no solamente sobre el papel"
El pasado 31 de octubre las urnas del Colegio Oficial de la Abogacía de León se inclinaron mayoritariamente por un nombre, David Díez Revilla, quien tomará posesión esta tarde como decano del órgano que aglutina a 1.600 letrados de toda la provincia. El abogado leonés, licenciado en la Complutense, con un Máster en Mediación en la ULE y más de 25 años de trayectoria laboral en un bufete de la capital, analiza en esta entrevista con Heraldo de León la situación de la abogacía leonesa, sus grandes retos como la obligada digitalización o el acceso a la justicia en el mundo rural y desgrana algunos de los que serán sus prioridades en los próximos años.
P.- Este viernes toma posesión como decano del Colegio de Abogados de León, relevando a Fernando Santocildes. ¿Qué significa para usted asumir esta responsabilidad y cuáles serán sus primeras prioridades?
R.- Así es, este viernes, coincidiendo con nuestra fiesta patronal, tomo posesión como decano al igual que los nuevos miembros de Junta de Gobierno. Como bien dices es una gran responsabilidad, porque estamos hablando de un colectivo de 1.600 colegiados de toda la provincia. Nuestra prioridad será en primer lugar crear un plan estratégico para el Colegio y esta junta de gobierno, asignando a su vez las comisiones de trabajo e integrando a nuevos colegiados en distintas secciones por materias, así como completar proyectos iniciados por la junta anterior tras un gran trabajo por parte de éstos.
P.- La justicia gratuita y el turno de oficio continúan siendo pilares esenciales para garantizar el acceso a la justicia; usted ha hecho referencia a ellas en su programa. ¿Qué medidas le gustaría impulsar para reforzar su calidad, su financiación o el reconocimiento del trabajo que realizan los letrados adscritos al turno?
R.- Me gustaría, en primer lugar, analizar en profundidad la problemática del turno de oficio en nuestra provincia, principalmente respecto a la prestación de servicios no remunerados que actualmente se prestan, así como estudiar las situaciones de desprotección que nuestra abogacía pueda sufrir en los diferentes turnos. Se ha hecho un fantástico trabajo por la junta anterior en la gestión y tramitación del turno y sus incidencias y es un gran punto de partida.
P.- También la formación continua es uno de los ámbitos en los que el Colegio ha trabajado con intensidad en los últimos años. ¿Cómo piensa consolidar o ampliar esa oferta formativa, especialmente en áreas emergentes del derecho y en nuevas habilidades profesionales?
R.- Respecto a la formación, en primer lugar habrá que determinar las prioridades formativas y las necesidades reales, diferenciando los bloques formativos troncales y aquella otra formación más específica respecto a cuestiones más puntuales en virtud de nuevas normas o problemáticas. En este sentido puede ser muy útil la creación de diversas secciones colegiales, además de las comisiones existentes, porque mediante la participación de colegiados especialistas por materias podremos llegar a dar respuesta más ágil a necesidades formativas de la abogacía.
P.- Como en otros ámbitos laborales, la conciliación y la digitalización están transformando la profesión jurídica. ¿Qué retos detecta en estos ámbitos y qué iniciativas prevé el Colegio para facilitar tanto la modernización de los despachos como la vida familiar de las y los colegiados?
R.- Los retos son muchos y las cautelas también, la Justicia se está digitalizando y la Abogacía probablemente a un ritmo superior que la propia Justicia, sin perjuicio de lo cual, sabemos que todo cambio exige flexibilidad y mecanismos para solventar las incidencias y ahí es cierto que hay mucho que trabajar. Los despachos están modernizados pero lo que hay que hacer es facilitar que la abogacía tenga acceso de forma sencilla a esa digitalización y ello no suponga un sacrificio complementario. Desde el Colegio pondremos los medios para facilitar las herramientas necesarias para esa digitalización y sobre todo la formación necesaria para ello.
La conciliación es un tema delicado, si bien lo que la abogacía demanda es el mismo trato que al resto de operadores jurídicos, y para ello es fundamental que todas las incidencias en dicho ámbito se trasladen de forma rápida y eficaz para buscar soluciones y evitar abusos o situaciones de desamparo.
P.- León y su provincia tienen una importante presencia de abogacía rural, con características y dificultades propias. ¿Qué propuestas tiene para apoyar a estos profesionales y asegurar que puedan seguir prestando un servicio cercano, sostenible y eficaz?
R.- Aquí el colegio tiene un papel fundamental como eje vertebrador de esa demanda por parte de la abogacía y ciudadanía rural porque la eficiencia de la justicia es una necesidad pero nunca a costa de limitar al ciudadano y los profesionales de los mecanismos y medios de los que disponen núcleos poblaciones de mayor tamaño. Hay que buscar los mecanismos para que la justicia sea accesible y cercana de forma real, no solamente sobre el papel, o habremos equivocado nuestra función social.