"El Ritmo me ha marcado para siempre y me ha llevado a ser cuatro veces campeona de España"
Tenía solo 9 años cuando empezó en la gimnasia rítmica como quien elige cualquier extraescolar. Fue en el colegio Agustinos y, enseguida, la profesora vio que aquella niña tenía algo especial: flexibilidad, coordinación, y sobre todo, ese brillo de quien apunta alto. Pero no fue hasta que Eva Pelayo —entonces gimnasta de Ritmo y conocida de su madre— la vio entrenar, cuando todo cambió. “Le dijo a mi madre que me llevara al club, que tenía condiciones. Y ahí empezó todo”, recuerda.
Paula pisó el gimnasio del Club Ritmo apenas tres días. Lo justo para que Ruth Fernández, fundadora y entrenadora, no tuviera dudas: “Me mandó directamente a competición”. A partir de ahí, la rutina fue de todo menos normal: entrenamiento diario en el CAR de León y después en “La Nave”, la gran instalación en la que entrenan las gimnastas debido a su gran altura para el lanzamiento de aparatos.
Un decisión complicada
Núñez entrenaba cuatro horas al día. A veces, ocho. “Cuando preparábamos conjuntos, había días que entrenábamos de 10:00 a 14:00 horas y de 16:30 a 20:30 horas. No era lo habitual, pero pasaba.” Compaginarlo con los estudios fue cada vez más difícil, y cuando llegó Bachillerato, Paula tomó una de esas decisiones que definen una vida: dejó la gimnasia.
“Me agobiaba mucho no llegar. Me importaban mucho las notas y tenía claro que quería hacer una carrera. No me arrepiento. Me ha dado tanto que no puedo más que agradecerlo.” Hoy estudia Biotecnología, con la vista puesta en la investigación contra el cáncer. Y aunque ya no compite, sigue vinculada al club y al deporte como juez: “He hecho el curso de nivel 1. Me gustaría seguir subiendo niveles y puntuar en campeonatos de España.”
Una carrera brillante
Su paso por el tapiz dejó una huella que todavía impresiona. Empezó en la categoría escolar y pronto se saltó la fase base para subir directamente a Federación. En 2016 fue campeona de Castilla y León. En 2017, campeona de España por conjuntos, tanto en la general como en las finales. En 2018, subcampeona por equipos y campeona en cuerda, ya en competición individual.
Y todavía quedaba lo mejor. En 2019 fue campeona de España en mazas. En 2021, campeona de nuevo en cinta y tercera por equipos. También ganó la Copa de España con su conjunto. Todo eso, sin pasar por la selección: “Mi mayor éxito fue ser campeona nacional. Para ir a Europeos había que estar en la selección, y yo no estuve, así que ese fue mi techo, y estoy muy orgullosa”, sentencia.
Aunque brilla con luz propia, su recuerdo más especial no es una medalla individual. “El mejor campeonato que recuerdo fue el de 2017, cuando fuimos campeonas de España por conjuntos. Competir con otras cuatro chicas, vivirlo juntas… lo disfruté muchísimo.”
Presión, compañerismo y una infancia diferente
No fue una infancia cualquiera. “Mi rutina era ir al colegio, comer rápido, hacer los deberes y entrenar de 18:00 a 22:00 horas. Las demás iban al cine o quedaban, y yo estaba entrenando. Pero no siento que me perdiera nada.” Lo dice convencida. “La gimnasia me ha enseñado a organizarme, a ser disciplinada, a tener concentración. Incluso hoy, cuando tengo un examen, me ayuda. Me ha marcado.”
"No compites por participar. Vas a por el oro"
Reconoce que le gustaba más entrenar que competir: “La presión te la pones tú. Sabes que estás en el mejor club de España, que tu montaje es para ganar, y vas con esa mentalidad. No compites por participar. Vas a por el oro.” Pese a eso, guarda muy buen recuerdo de los viajes, las compañeras, el ambiente. “Nos llevábamos muy bien y el trato con las entrenadoras era muy bueno. Eso hace mucho.”
Un futuro entre investigaciones y tapices
Ahora Paula quiere investigar, probablemente en oncología. Pero no se aleja del tapiz. Su objetivo es seguir como juez, escalar niveles, y volver a ver la rítmica desde otro ángulo. Del Club Ritmo habla con un orgullo que emociona: “Entrené con las dos Andreas, las que han sido campeonas de Europa. Hay un nivel altísimo. Ritmo no es solo el mejor club de León, es el mejor de España.”
Si tuviera que decirle algo a una niña que empieza hoy, lo tiene claro: “La gimnasia es muy dura, pero te da muchísimo. Te enseña mucho. Y te da valores que, sinceramente, no todos los deportes te enseñan.” Lo dice quien lo vivió desde dentro y supo decir adiós en el momento justo.
Y aunque el maillot se quede en el cajón, la huella de Paula en el tapiz sigue presente. Porque hay pasiones que no se borran, ni con los años.