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El último tren romántico: León-Bilbao en vía estrecha, el viaje olvidado más bello del norte

Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
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Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Fotografías tomadas por Rafael Rodríguez en el viaje realizado junto a su pareja en el tren de vía estrecha León-Bilbao; ocho horas de un "maravilloso viaje turístico".
Ocho horas de paisaje, nostalgia y magia ferroviaria por menos de 30 euros: así vivieron Rafael Rodríguez y su pareja esta travesía única que nadie promociona y casi nadie conoce

“Quisimos hacerlo antes de que lo quiten”. Con esa determinación, Rafael Rodríguez, natural de Mansilla de las Mulas, y su pareja decidieron embarcarse en un viaje que es más que un trayecto: es un regreso a la esencia del viaje lento, del paisaje que se asoma a cada curva y de la emoción por lo sencillo. Ocho horas de tren desde León hasta Bilbao por la vieja línea de vía estrecha de la antigua Feve, hoy infrautilizada, poco promocionada y, sin embargo, absolutamente espectacular.

“Nos encanta viajar, y a mí personalmente me fascinan los trenes”, cuenta Rafael, aficionado además a la fotografía. “Este es un tren romántico, precioso, tranquilo. Un viaje único que hicimos casi como un pequeño homenaje. Algo que no queríamos perdernos antes de que lo hagan desaparecer”.

De León a Balmaseda: una postal en cada kilómetro

El trayecto completo parte de León y llega hasta el centro de Bilbao, tras recorrer más de 300 kilómetros de paisaje diverso, cruzando valles, bosques, túneles, ríos y pueblos que parecen detenidos en el tiempo. “Nosotros hicimos noche en Balmaseda, un sitio con muchísimo encanto, y al día siguiente completamos la ruta hasta Bilbao. El tren te deja en pleno centro, a cinco minutos andando del Casco Viejo”.

En total, son ocho horas de viaje, con velocidad moderada, “pero ese es precisamente el encanto. Es un viaje para saborear”, explica Rafael. “Íbamos en modo picnic, sin prisas, con bocadillos, termos de café, y los ojos muy abiertos. Fue fantástico”.

Las Merindades, la joya oculta

A lo largo del camino, el tren atraviesa paisajes que dejan huella. Desde los montes del norte leonés, el imponente valle de Valdeporres, o la comarca de Las Merindades, en el norte de Burgos, una de las zonas más bellas y desconocidas del país. “Nos quedamos sin palabras. Los paisajes de León y Burgos son espectaculares. Es un viaje para sentarte junto a la ventanilla y no hacer otra cosa más que mirar”, asegura.

Pero pese a su valor natural, cultural y estético, este trayecto apenas es conocido: “Nos sorprendió muchísimo que nadie lo promocione. Que no haya una campaña turística, que no se hable de esta joya. En el tren, solo una turista japonesa y una peregrina hicieron el viaje entero. El resto subían o bajaban en trayectos muy cortos. Es una pena, porque este tren no es solo transporte, es un destino en sí mismo”.

Un viaje accesible y sin agobios

Rafael y su pareja pagaron poco más de 25 euros por billete. “Una ganga para lo que ofrece. Hay pocos planes de escapada que por ese precio te den tanto: tranquilidad, belleza, cultura ferroviaria y desconexión total”, sentencia.

Con vagones sencillos pero cómodos, una cadencia casi hipnótica, y estaciones solitarias entre montañas, el León-Bilbao en vía estrecha es una experiencia que muchos turistas internacionales envidiarían si supieran que existe.

¿Una oportunidad perdida?

Años de desinversión, falta de promoción institucional y una mirada centrada solo en la velocidad han dejado esta ruta a las puertas del olvido: “Es una tragedia que este tren no esté incentivado como ruta turística. Tiene todos los ingredientes para ser un producto de éxito: historia, paisaje, sostenibilidad, conexión con la España rural... y sin embargo, ahí está, circulando medio vacío”.

Pese a todo, Rafael concluye con una sonrisa: “Fue algo fantástico. Queremos repetir. Y ojalá más gente se anime antes de que sea tarde. Porque hay trenes que no deberían desaparecer nunca. Y este, sin duda, es uno de ellos”.