Una denuncia apunta presuntos abusos sexuales de Adolfo Suárez entre 1982 y 1985
Una mujer ha presentado ante la Policía Nacional una denuncia en la que atribuye a Adolfo Suárez González, primer presidente del Gobierno de la democracia española, una serie de presuntos abusos y agresiones sexuales ocurridos entre finales de 1982 y 1985.
Según el relato incorporado a diligencias el 9 de diciembre en la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), el primer contacto se produjo cuando ella tenía 17 años y acudió al despacho del exmandatario para solicitar orientación académica. Suárez tenía entonces 50 años y ya había dejado la presidencia.
Ocho encuentros y cuatro episodios denunciados
El documento describe ocho citas a lo largo de tres años. En cuatro de ellas, la denunciante sostiene que se produjeron episodios de violencia sexual. Los encuentros, siempre conforme a su versión, tuvieron lugar tanto en el bufete profesional del exjefe del Ejecutivo como en su domicilio. En la denuncia se señala además la intervención de dos terceras personas —una de ellas con vida— a las que se atribuye un papel de facilitación o encubrimiento al concertar las citas.
La declaración, de aproximadamente una hora, fue recogida por dos agentes y ya ha sido remitida a un juzgado. Fuentes conocedoras del procedimiento explican que las denuncias pueden formalizarse aunque los presuntos delitos estén prescritos o el denunciado haya fallecido, una circunstancia habitual en casos de violencia sexual conocidos décadas después. En el periodo referido regía el Código Penal de 1973, que tipificaba el estupro cuando existía abuso de autoridad sobre menores de 18 años.
Contrastes y ausencia de pruebas documentales
La denunciante no aporta documentación que acredite la relación ni los hechos, según consta en el expediente. No obstante, el medio que ha tenido acceso al contenido de la denuncia señala haber contrastado el relato durante más de un año con siete personas a las que la mujer habría contado lo ocurrido en distintos momentos desde los años ochenta: tres familiares y cuatro profesionales que la atendieron. También se han verificado fechas y datos contextuales incluidos en el escrito.
Reacciones políticas y posición de la familia
Tras conocerse la existencia de la denuncia, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, reclamó al Gobierno y al Congreso la retirada de los reconocimientos institucionales otorgados al expresidente. Por su parte, este diario intentó sin éxito recabar la valoración de la familia a través de Adolfo Suárez Illana, señalado como portavoz.
Silencio prolongado y apoyo terapéutico
El relato expone que la mujer guardó silencio durante años por miedo y por el poder que atribuía al denunciado. A mediados de los ochenta lo comunicó a su madre y, ya a finales de la década, a su padre, coincidiendo con su incorporación a un empleo público. Familiares cercanos y su primer marido han corroborado que conocieron la historia en diferentes momentos.
En 2002 fue diagnosticada de depresión y, por recomendación profesional, escribió años después una carta dirigida al exdirigente con el objetivo de cerrar el episodio. Posteriormente, otras terapeutas y dos especialistas en violencia sexual infantil de una asociación confirmaron que conocían su testimonio desde hace al menos cuatro años.
Motivos para denunciar ahora
En el escrito policial, la mujer expone que decidió acudir a la Policía pese al tiempo transcurrido por las secuelas persistentes y por la exposición pública continuada de la figura de Suárez en actos institucionales y producciones culturales recientes. Sostiene que el relato público ha reactivado el daño sufrido y que la denuncia responde a la necesidad de dejar constancia oficial de lo ocurrido, aun sin consecuencias penales posibles.