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Fallece Javier Moscoso, el ministro que dio nombre a los días libres de los funcionarios

Fallece Javier Moscoso, el ministro que dio nombre a los días libres de los funcionarios.
Jurista, fiscal general del Estado y figura clave del primer gobierno de Felipe González, su apellido quedó ligado a los días de libre disposición de los funcionarios: los populares “moscosos”

Javier Moscoso del Prado Hernández, exministro de la Presidencia y fiscal general del Estado, ha fallecido este jueves a los 90 años en Jávea (Alicante). Nacido en Logroño el 7 de octubre de 1934, Moscoso tuvo una extensa y decisiva trayectoria en la política, el ámbito jurídico y la administración pública.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, ingresó en la carrera fiscal en 1958. Desde entonces, su carrera estuvo marcada por un fuerte compromiso con la modernización del Estado y la defensa de los servicios públicos.

De UCD al PSOE: una vida política al servicio de las instituciones

Inició su carrera política con Unión de Centro Democrático (UCD), con la que fue elegido diputado por Navarra en 1979. Pronto destacó como portavoz de la Comisión de Justicia durante la tramitación de la Ley del Divorcio. Abandonó UCD en 1981 y fundó, junto a Francisco Fernández Ordóñez, el Partido de Acción Democrática, que más tarde se integraría en el PSOE.

Tras las elecciones de 1982, Felipe González lo nombró ministro de la Presidencia, cargo desde el cual impulsó reformas fundamentales como la Ley de Incompatibilidades de Altos Cargos, la Reforma de la Función Pública, la Ley de Contratos Administrativos y la pionera Guía del Ciudadano, que acercaba la administración al ciudadano de a pie.

“Moscosos”: su nombre, sinónimo de derechos laborales

Durante su mandato como ministro, Moscoso firmó una orden que permitía a los funcionarios públicos disfrutar de días de libre disposición, sin necesidad de justificar su uso. Esos días, conocidos popularmente como “moscosos”, quedaron para siempre vinculados a su apellido, símbolo de una administración más cercana y flexible.

Este gesto, aparentemente menor, fue valorado por los trabajadores públicos como un hito en la conciliación laboral y el reconocimiento de derechos dentro de la función pública.

De ministro a fiscal general del Estado

En 1986, tras dejar el ministerio, fue nombrado fiscal general del Estado. En ese cargo, presentó querellas contra dirigentes de Herri Batasuna y defendió la ilegalización de la formación abertzale, en un momento político especialmente delicado. Abandonó el cargo en 1990 y pasó a dirigir el área jurídica de la SGAE.

Moscoso fue también vocal del Consejo General del Poder Judicial (1996–2001) a propuesta del PSOE y presidió el consejo editorial de la Editorial Aranzadi, referente del pensamiento jurídico español.

Referente constitucionalista y hombre de diálogo

En 2003, José Luis Rodríguez Zapatero lo eligió como integrante del grupo de expertos que analizó el cumplimiento de la Constitución Española en su 25º aniversario. Tras el atentado en la T-4 de Barajas, Zapatero volvió a contar con él como interlocutor en los contactos con ETA, en reconocimiento a su discreción y solvencia jurídica.

Reconocimientos a una trayectoria ejemplar

Entre sus distinciones destacan la Gran Cruz de la Orden de Carlos III y la Gran Cruz de la Orden de San Carlos, otorgada por Colombia, en reconocimiento a su trayectoria institucional.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lamentado su fallecimiento a través de su cuenta en X (antes Twitter), donde lo definió como “la suma perfecta de conocimiento, rigor y compromiso”, y un “ejemplo de talento al servicio público”.

Moscoso deja una huella profunda en la política y el derecho español, especialmente por su defensa de una administración eficaz, humanizada y al servicio del ciudadano.