Un toro suelto deja cinco heridos en el segundo encierro de San Fermín
El segundo encierro de los Sanfermines 2025, celebrado este martes 8 de julio, ha vuelto a demostrar que la adrenalina y el peligro conviven cada mañana en las calles de Pamplona. Cinco corredores han resultado heridos, uno de ellos por cornada, en una carrera protagonizada por los toros de Cebada Gago, una ganadería gaditana conocida por su bravura e imprevisibilidad.
La carrera, que duró 5 minutos y 22 segundos, superó la media habitual debido al comportamiento errático de uno de los toros, Caminante, que se descolgó de la manada en la calle Estafeta y recorrió solo el último tramo, lanzando derrotes y sembrando el caos entre los mozos.
Cornada en Espoz y Mina
El momento más crítico del encierro se vivió en el entorno de Espoz y Mina, donde Caminante hirió con una cornada en la axila a un corredor. El herido fue evacuado de inmediato al Hospital Universitario de Navarra, junto con otros cuatro atendidos por contusiones de diversa consideración.
Según fuentes sanitarias, los otros lesionados incluyen un mozo con una luxación de hombro en el tramo de Santo Domingo, un corredor con una contusión en la pierna y otro con traumatismo facial en la zona de Telefónica.
Quiebros decisivos y suerte final
La intervención de varios corredores experimentados fue clave para evitar un desenlace más grave. Algunos mozos realizaron quites de gran valentía, distrayendo al toro en los momentos más comprometidos. También fue esencial la labor de los cabestros de escoba, que ayudaron a guiar finalmente al toro hacia el coso pamplonés.
El peligro aumentó cuando Caminante estuvo a punto de acorralar a un grupo de corredores en el tramo final. La situación se resolvió en el último instante gracias a la llegada del resto de la manada al callejón, lo que permitió reunir al toro con sus hermanos y facilitar su entrada en la plaza.
La ganadería de los sustos
La ganadería de Cebada Gago, habitual en Pamplona desde 1985, ha vuelto a ganarse su fama de “temida” entre los corredores. Sus astados, bien presentados y de gran movilidad, han protagonizado algunos de los encierros más largos y peligrosos de la historia reciente.
En esta ocasión, la tensión generada por Caminante reafirma la leyenda de la casa gaditana, que ya suma más de 60 cornadas en sus apariciones sanfermineras. La emoción está garantizada, pero también el riesgo: San Fermín no perdona el exceso de confianza.