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La Vuelta a España 2025 no llega a Madrid por las protestas propalestinas

La Vuelta Ciclista a España vivió este domingo un final inédito: la última etapa, prevista para concluir en las calles del centro de la capital, fue suspendida tras la irrupción masiva de manifestantes propalestinos.
Una marcha multitudinaria interrumpe la última etapa: 100.000 asistentes, disturbios y fuerte choque político

La Vuelta Ciclista a España vivió este domingo un final inédito: la última etapa, prevista para concluir en las calles del centro de la capital, fue suspendida tras la irrupción masiva de manifestantes propalestinos. Según la Delegación del Gobierno, unas 100.000 personas se concentraron en Madrid, obligando a los ciclistas a detenerse a 56 kilómetros de meta. El saldo: 22 agentes heridos, dos detenidos y un fuerte enfrentamiento político.

Una tensión que creció etapa tras etapa

Las protestas habían acompañado a la Vuelta desde el inicio, con banderas palestinas en Bilbao y episodios conflictivos en localidades como Castro de Herville. El detonante llegó en la capital: pese al despliegue de más de 2.000 agentes, la marcha colapsó vías principales como el Paseo del Prado, Cibeles y Atocha.

La organización intentó desviar al pelotón por San Sebastián de los Reyes y Alcobendas, pero la presión de los manifestantes hizo imposible asegurar el recorrido. Finalmente, los ciclistas, entre ellos el danés Jonas Vingegaard, ganador de la general, abandonaron la carrera y se refugiaron en los coches de equipo. El podio quedó desmontado sin ceremonia final.

Reacciones encontradas en el ámbito político

El alcalde José Luis Martínez-Almeida fue de los primeros en reaccionar: “La violencia ha vencido al deporte y hago responsable al presidente del Gobierno”, afirmó en la red social X. En contraste, el delegado del Gobierno, Francisco Martín, calificó la jornada de “sin incidentes graves” y elogió a los asistentes por dar “un ejemplo de dignidad”.

En el terreno político nacional, las posturas se polarizaron. Ione Belarra (Podemos) celebró que la movilización “hiciera lo que el Gobierno no se atrevió a hacer: parar la Vuelta en Madrid”. La acompañaron figuras como Irene Montero y la ministra Mónica García, mientras que desde la oposición, líderes como Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso y Javier Ortega Smith denunciaron la cancelación como un “fracaso del Estado de derecho”.

El deporte, relegado al segundo plano

Más allá de la tormenta política, la Vuelta cerró sin la habitual fiesta madrileña. Además de Vingegaard, se quedaron sin celebración oficial el australiano Jay Vine (mejor escalador), el danés Mads Pedersen (campeón del sprint), el estadounidense Matthew Riccitello (mejor joven, con el maillot blanco del equipo Israel-Premier Tech) y el UAE, ganador por equipos.

Las imágenes finales no fueron de ciclistas alzando trofeos, sino de vallas amontonadas y de una marea humana ocupando el corazón de Madrid bajo un mensaje común: exigir el fin de la guerra en Gaza.