El féretro del papa Francisco llega a Santa María la Mayor tras media hora de aclamación popular en las calles de Roma

Bajo un cielo azul radiante y con temperaturas elevadas, alrededor de 250.000 personas se congregaron este viernes en la plaza de San Pedro para dar el último adiós al papa Francisco, según cifras del Vaticano. La emotiva ceremonia reunió a líderes de todo el mundo, entre ellos el expresidente estadounidense Donald Trump, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, los Reyes de España y hasta 150 delegaciones oficiales que quisieron rendir homenaje al pontífice que convirtió a los márgenes del mundo en el centro de su pontificado.

La misa, celebrada entre las columnatas de Bernini y presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, con lecturas en español, italiano, árabe y mandarín, recordó los 12 años de pontificado de Francisco. Re destacó su legado como "el papa de los últimos de la tierra", especialmente en un mundo marcado por guerras, horrores inhumanos y devastadoras destrucciones.

La última morada

El féretro del pontífice ya descansa en la basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo así el deseo expreso de Jorge Mario Bergoglio de no ser enterrado en la cripta vaticana. La elección de este templo, ubicado en el barrio romano del Esquilino —una zona con fuerte presencia migrante—, refleja su constante compromiso con los más desfavorecidos. En este espacio íntimo, sus colaboradores más cercanos le rendirán un adiós privado tras el funeral multitudinario.

Francisco falleció el pasado lunes a los 88 años, tras sufrir un ictus en su residencia de la Casa Santa Marta. Su muerte se produjo menos de 24 horas después de impartir su última bendición 'urbi et orbi'. Durante las semanas previas, había estado ingresado más de un mes en el hospital Policlínico Gemelli de Roma debido a una grave infección respiratoria.