Washington eleva la presión en el Caribe y Caracas alerta de una escalada
La tensión entre Estados Unidos, Venezuela y su entorno caribeño volvió a aumentar tras las declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien aseguró haber definido ya los próximos movimientos de su Administración en su ofensiva contra el tráfico de drogas en la zona. El mandatario, durante un desplazamiento oficial, afirmó que Washington considera que en las últimas semanas se han producido avances en su objetivo de frenar las rutas de narcóticos que, según la Casa Blanca, operan desde territorio venezolano.
Estas palabras llegan en un momento de creciente presión militar en la región. Estados Unidos ha reforzado su presencia con el portaaviones USS Gerald R. Ford, el buque más grande de su flota, cuyas primeras imágenes en el Caribe circularon recientemente y encendieron las alarmas en Caracas.
El Gobierno venezolano denuncia riesgo de guerra
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, respondió elevando su nivel de advertencia. Desde un acto en Caracas dedicado a la defensa del Derecho Internacional, el líder venezolano instó a la ciudadanía estadounidense a impedir lo que describió como una deriva militar en el continente. Para el Ejecutivo de Caracas, la campaña estadounidense se enmarca en un escenario que podría desembocar en un conflicto de gran escala en Sudamérica y el Caribe.
Las autoridades venezolanas han reiterado en distintos foros que consideran la estrategia de Washington como una amenaza directa. Colombia ha mostrado inquietud similar ante la posibilidad de operaciones militares que afecten a la región fronteriza y al tráfico marítimo.
“Lanza del Sur”, el operativo que multiplica la tensión
El inicio de la operación “Lanza del Sur”, anunciada por el Pentágono, ha intensificado la preocupación internacional. La campaña está dirigida contra lo que Estados Unidos califica como redes de “narcoterrorismo” en Latinoamérica y coincide con bombardeos sobre embarcaciones sospechosas en el Caribe y el Pacífico. Según los balances difundidos por diversas fuentes oficiales, estas acciones han dejado más de 70 muertos en las últimas jornadas.
Gobiernos como los de Venezuela y Colombia, además de organismos de Naciones Unidas, han denunciado que entre las víctimas habría pescadores de la zona y acusan a Washington de llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales bajo el pretexto de operaciones antidroga.
Un pulso diplomático con derivadas regionales
La Casa Blanca mantiene su postura crítica hacia Maduro, a quien ha descrito en reiteradas ocasiones como dirigente ilegítimo y vinculado a estructuras criminales. La combinación de declaraciones políticas y despliegue militar ha abierto un periodo de incertidumbre en el Caribe, donde los gobiernos observan con inquietud el posible alcance de las decisiones que Trump afirma haber adoptado.
En Caracas, el temor a una intervención directa crece al ritmo de los movimientos navales estadounidenses; en Bogotá, la posibilidad de un desbordamiento del conflicto genera preocupación. Mientras tanto, la comunidad internacional reclama claridad sobre los objetivos reales de la operación y garantías de que no se produzcan nuevas vulneraciones del Derecho Internacional.