Una bala y una locura pusieron fin a Daniel y Aurelio: comienzan los trabajos de exhumación de una fosa común en Villamanín
En el paraje Peña de Villamanín, oculto entre caminos semiborrados y una vegetación cerrada, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha comenzado este mes de julio los trabajos arqueológicos para localizar y exhumar a dos víctimas del franquismo, Daniel Rodríguez Martínez y Aurelio Rodríguez Martínez, ejecutados el 3 de marzo de 1938 tras ser detenidos en su localidad natal, Casares de Arbas.
La intervención se realiza cumpliendo el Protocolo de exhumaciones del Ministerio de la Presidencia, y se lleva a cabo en una zona identificada tras una intensa labor de recogida de memoria oral y documentación por parte de los descendientes de las víctimas, con apoyo de los vecinos de Casares, Poladura de la Tercia y Viadangos de Arbas. “La precisión del lugar responde al testimonio persistente de quienes no quisieron olvidar”, explica la ARMH.
El rastro de una ejecución
Según los datos reunidos por las familias, Daniel y Aurelio fueron arrestados y ejecutados por fuerzas falangistas y autoridades locales tras la caída del Frente Norte en la Guerra Civil. Ambos fueron fusilados en un camino rural utilizado en 1936 como atajo entre Poladura y Casares, cerca de un reguero y un antiguo sendero que cruzaba el monte comunal.
La zona, hoy sin señalización alguna, aparece registrada en los Mapas de Fosas de Castilla y León y del Ministerio de la Presidencia. El área está además cerca de antiguos frentes de combate, lo que obliga a extremar precauciones ante la posible aparición de material bélico oculto desde hace casi 90 años.
Desbroce, detección y excavación
Los trabajos comenzaron con el desbroce y limpieza del terreno. A continuación, se realizará una prospectiva con detectores metálicos, en busca de evidencias balísticas. Si se localiza el entorno de la fosa, se procederá a la excavación mediante retroexcavadora, trazando zanjas paralelas con separaciones precisas para no dañar posibles restos.
La ARMH detalla que los cuerpos, si se hallan, serán exhumados con metodología forense, tratando de conservar al máximo la integridad de los restos y analizar cualquier signo de muerte violenta. El estudio incluirá análisis antropológicos y genéticos, y en caso de identificación, los restos serán entregados a las familias.
Daniel y Aurelio, vidas truncadas
Daniel Rodríguez Martínez tenía 38 años cuando fue fusilado. Natural de Casares de Arbas, estaba casado con Cesárea Rodríguez Martínez y tenía seis hijos. Era afiliado a la CNT y al Sindicato de Campesinos. Su asesinato, como el de su cuñado Lorenzo, exhumado en 2024 por la misma asociación, es parte del plan de represión sistemática de los golpistas tras la ocupación de León.
Aurelio Rodríguez Martínez, también natural de Casares, tenía 30 años. Afiliado a UGT y miliciano voluntario en el Batallón Asturias, fue detenido y asesinado junto a Daniel. En ambos casos, sus defunciones se registraron décadas después, en expedientes fuera de plazo, y sin lugar de enterramiento reconocido.
Un paso más hacia la justicia
“La exhumación busca devolver la dignidad a quienes fueron enterrados como si nunca hubieran existido”, subraya la ARMH. Después de un proceso de identificación genética, serán entregados a sus familias para que puedan proceder a su inhumación en el lugar que deseen. En el hipotético caso de que algunos de los cuerpos no sean identificados genéticamente, el resultado del estudio sea negativo o que aparezcan otras víctimas no reclamadas se procederá a la reinhumación en el Cementerio vecinal de Casares de Arbas o al Cementerio Municipal de Villamanín en base al epígrafe “E” del citado Protocolo sobre el destino de los restos no identificados.
Esta intervención se suma a los cientos que la ARMH ha llevado a cabo en todo el país, en cumplimiento del deber democrático de memoria, verdad, justicia y reparación. Para las familias de Daniel y Aurelio, es el final de una búsqueda iniciada hace décadas: “Queremos que descansen en paz, con su nombre, y que nadie los vuelva a enterrar en el olvido”.