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La Cabrera contra 'Marinita' y 'Termenón II', las nuevas canteras de pizarra en Benuza

Fotos del paraje afectado por las nuevas canteras Marinita y Termenón en Benuza.
Más de quince asociaciones y colectivos vecinales se suman a las alegaciones contra los proyectos “Marinita” y “Termenón II”, que afectarían a los pueblos de Sigüeya y Lomba y a un entorno de alto valor ambiental y patrimonial

La asociación Cabrera Despierta ha anunciado, junto a más de quince asociaciones y colectivos vecinales de la comarca y la provincia, la presentación de alegaciones y recursos contra dos nuevos proyectos de canteras de pizarra en el municipio leonés de Benuza, denominados Marinita y Termenón II.

Según la organización, ambos proyectos “se instalarían a escasa distancia de los pueblos de Sigüeya y Lomba, afectando de manera muy perjudicial a la vida en estas localidades”, ya de por sí muy mermadas en población y servicios. Los límites de explotación se situarían, aseguran, “a apenas 500 metros de los núcleos de población”.

Riesgos para el agua, la salud y el patrimonio

Cabrera Despierta advierte de que la cercanía de las canteras afectaría “a los recursos esenciales de los pueblos, como los acuíferos, los cursos de agua, las praderías, los montes comunales y actividades como la caza o la apicultura”.

Además, subraya el impacto sobre la salud de los vecinos “por los ruidos de las voladuras, el tránsito de maquinaria pesada, el polvo en suspensión y las escombreras cercanas”.

Los habitantes de Sigüeya ya denuncian actualmente cortes y deficiencias en el suministro de agua, situación que “se agravaría de manera muy preocupante con las nuevas canteras, cuyas balsas y zonas de explotación se situarían sobre el pueblo, afectando directamente a acuíferos y manantiales”.

La asociación recuerda también que los proyectos se ubican “en parajes de alto valor medioambiental y arqueológico”, donde existen hábitats y especies protegidas, así como bienes catalogados por la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, entre ellos petroglifos, castros, mamoas, minas romanas y vestigios medievales. Cabrera Despierta ya ha remitido un informe sobre estos riesgos al organismo autonómico.

“No estamos contra la pizarra, sino contra el modelo”

Desde Cabrera Despierta se reconoce la importancia de la actividad económica, pero se advierte que “no puede ser a cualquier precio ni en cualquier lugar, llevándose por delante hábitats naturales cuya conservación es imprescindible para la lucha contra la emergencia climática y la supervivencia de los pueblos”.

Aunque las explotaciones puedan generar ingresos, la asociación considera que “no pueden poner en jaque el futuro desarrollo sostenible de la comarca”. Recuerdan que las canteras “no fijan población en los pueblos”, ya que la mayoría de trabajadores “proceden del Bierzo o Valdeorras y regresan cada día en furgonetas”.

Además, denuncian que “estas explotaciones no se traducen en mejoras de infraestructuras ni de servicios públicos”, y que Cabrera Baja continúa padeciendo “carreteras tercermundistas, falta de servicios sanitarios, educativos y bancarios, y una población cada vez más envejecida”.

Un modelo alternativo para un futuro sostenible

Como alternativa, Cabrera Despierta propone un cambio de modelo basado en la sostenibilidad y la diversificación económica. Reclama promover la actividad agroganadera, forestal y selvícola —recordando que Cabrera es Territorio SIPAM de la FAO—, una gestión responsable de los recursos cinegéticos y un turismo respetuoso que ponga en valor “la etnografía cabreiresa, los yacimientos mineros, los castros prerromanos, los petroglifos, el Camino de Invierno y el Camino Real”.

La organización también insta a las administraciones a proteger la biodiversidad local mediante la declaración del Parque Natural de Cabrera y del Geoparque Médulas-Teleno.

“No estamos en contra de la industria pizarrera, sino del modo en que se realiza actualmente, sin tener en cuenta la vida de los pueblos, el medio ambiente ni el patrimonio arqueológico”, concluye el comunicado. “De seguir así, Cabrera se convertirá en un polígono industrial, un paisaje lunar sin posibilidad de reconstrucción, acabando con la poca vida que aún queda en nuestros pueblos”.