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Los colegios de aparejadores y arquitectos asesorarán gratuitamente a los afectados por los incendios en la reconstrucción de sus viviendas

Casas destrozadas por el paso de las llamas en el incendio de Oencia. Foto: César Hornaja
El Consejo General de la Arquitectura Técnica de España subraya que la rehabilitación tras los incendios debe servir para reforzar la seguridad de las viviendas y reclama una normativa específica en la interfaz urbano-forestal

Los colegios de aparejadores y arquitectos técnicos ofrecerán asesoramiento técnico gratuito a los afectados por los incendios forestales de este verano para la evaluación y rehabilitación de sus viviendas, una medida que complementa las ayudas económicas anunciadas por el Gobierno, que oscilan entre los 5.160 euros por daños interiores y los 15.210 euros en caso de destrucción total de la vivienda habitual.

Los incendios registrados en julio y agosto han arrasado más de 411.000 hectáreas en España y han dejado tras de sí numerosas viviendas dañadas en comunidades como Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Asturias, Extremadura y Madrid. Ante esta situación, el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) subrayó hoy la necesidad de que la rehabilitación post-incendio se aborde no solo como una reconstrucción, sino como una oportunidad para mejorar la seguridad de los hogares situados en la interfaz urbano-forestal. “No se trata solo de reconstruir lo perdido, sino de levantar viviendas más preparadas frente a un riesgo que seguirá aumentando en las próximas décadas por el clima extremo”, afirmó Alfredo Sanz, presidente del CGATE.

El asesoramiento gratuito consistirá en una primera evaluación de los daños realizada por aparejadores o arquitectos técnicos, que permitirá clasificar la vivienda entre rehabilitable o en estado de ruina. Para ello, será necesario previamente la firma de acuerdos marco entre los colegios profesionales y las administraciones autonómicas correspondientes.

Las estructuras

La organización recordó que muchas de las viviendas afectadas presentan carencias en materia de protección frente al fuego, como estructuras de madera sin tratamiento ignífugo, cubiertas vulnerables, ausencia de instalaciones adecuadas de detección y extinción, o la proximidad de materiales combustibles.

Entre las soluciones recomendadas para futuras rehabilitaciones se incluyen el refuerzo de estructuras con morteros ignífugos, la aplicación de pinturas intumescentes en elementos de madera, la sustitución de cubiertas y fachadas por materiales resistentes al fuego, así como la instalación de sistemas automáticos de detección y rociadores interiores. También se aconseja actuar en el entorno exterior con medidas de jardinería preventiva que contribuyan a frenar la propagación de las llamas.

“El proceso de rehabilitación tras un incendio debe verse como una inversión en prevención y protección. Una casa puede convertirse en un cortafuegos si está bien diseñada, mantenida y equipada. Rehabilitar con criterios de seguridad no solo protege al hogar afectado, sino que contribuye a salvaguardar a todo el entorno”, recalcó Sanz.

El CGATE reclamó además el impulso de una normativa específica para la rehabilitación en la interfaz urbano-forestal que unifique criterios de edificación, urbanismo y gestión del entorno natural. “Los incendios ya no son hechos aislados, sino un riesgo estructural. La reconstrucción no puede limitarse a devolver las viviendas a su estado previo, sino que debe dar un salto cualitativo en términos de seguridad, eficiencia y sostenibilidad”, concluyó su presidente.