Addoor Sticky

Ganaderos de Mieres reciben 22 sanciones de hasta 8.100 euros por el pastoreo en el puerto leonés de Pinos

Vacas pastando en el Puerto de Pinos en junio de 2025.
Las multas, impuestas tras la entrada del ganado en terreno en litigio con León, reavivan el conflicto territorial y dejan en el aire el futuro del pasto estival para más de un millar de reses asturianas

El histórico conflicto por el uso ganadero del Puerto de Pinos, situado en la comarca leonesa de Babia, ha vuelto a generar tensión entre Asturias y León. Este verano, el Seprona de Castilla y León ha impuesto 22 sanciones económicas a ganaderos del concejo asturiano de Mieres, con cuantías que oscilan entre los 1.800 y los 8.100 euros, por la entrada no autorizada de su ganado en este puerto de montaña, propiedad del Ayuntamiento de Mieres desde 1926 pero ubicado íntegramente en suelo leonés.

En total, 72 ganaderías del valle del Caudal trasladaron más de 1.050 reses al Puerto de los Hidalgos, una finca arrendada este año por la Junta Ganadera de Mieres, presidida por David Pérez Naya, como alternativa tras la reciente sentencia judicial que impide al Ayuntamiento asturiano ejercer actividad administrativa en territorio leonés.

“No quisimos entrar en Pinos. Alquilamos otro terreno colindante y lo cerramos, pero nuestras vacas escaparon cuando se rompió la cerca. No podemos evitar que tiren hacia donde han pastado toda la vida”, explica Pérez Naya, quien denuncia que los animales cruzaron al puerto leonés tras romperse un vallado, supuestamente, “por animales leoneses”.

La sentencia que lo cambió todo

En diciembre de 2024, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León emitió un fallo que sentó un precedente: consideró ilegal la actuación del Ayuntamiento de Mieres por ejercer competencias administrativas en otra comunidad. Esta sentencia respondía a una demanda interpuesta por las juntas vecinales leonesas de San Emiliano, Candemuela, Pinos y Villargusán, respaldadas por la Federación Leonesa de Entidades Locales Menores, quienes exigían el fin de lo que calificaron como una “reiterada extralimitación competencial”.

A raíz del fallo, los ganaderos asturianos no pudieron trasladar legalmente sus reses a Pinos, como venían haciendo desde hace casi un siglo. Buscaron entonces una solución provisional: arrendar el monte de Los Hidalgos, colindante con Pinos, cerrar el recinto e instalar pastores eléctricos. Sin embargo, el ganado acabó accediendo al puerto en litigio, lo que desencadenó las sanciones.

La versión asturiana: “Esto no es una guerra, es nuestro sustento”

David Pérez Naya insiste en que los ganaderos no son responsables del conflicto político ni administrativo. “No estamos pidiendo que se nos perdone la multa si cometemos una infracción, pero lo que pedimos es proporcionalidad. En otras zonas de León o de Asturias, si pasa esto, primero llega un apercibimiento, no una sanción directa de miles de euros”, ha asegurado a La Nueva España.

La más alta de las multas impuestas este verano asciende a 8.100 euros, correspondiente al propietario de 15 vacas que se habrían escapado del recinto arrendado. “Es un golpe económico enorme para cualquier ganadero, y más aún para quienes solo quieren seguir manteniendo su forma de vida”, lamenta Pérez Naya.

El presidente de la Junta Ganadera ha trasladado la situación a la Delegación del Gobierno en Asturias y ha solicitado su mediación. También ha mantenido reuniones con representantes de todos los grupos políticos de la Junta General del Principado, excepto Foro Asturias, buscando un respaldo institucional frente a lo que considera una situación “desproporcionada y desalentadora”.

“No encontramos otro monte”: sin alternativa a los pastos de verano

Los ganaderos asturianos aseguran que recurrieron al arriendo del monte de Los Hidalgos por la falta de opciones en su región. “En el Caudal no tenemos montes, y si hubiéramos encontrado otra finca para alquilar, no hubiésemos ido a una que linda con Pinos”, afirma Pérez Naya.

La situación ha dejado a muchas explotaciones ganaderas en una posición crítica. “No puede ser que los conflictos políticos los paguemos los ganaderos”, añade el representante mierense, quien insiste en que seguirán buscando fórmulas legales para garantizar el acceso a los pastos estivales sin más enfrentamientos.

Futuro incierto para una tradición centenaria

El futuro del pasto en el Puerto de Pinos sigue en el aire, pendiente de decisiones judiciales y acuerdos políticos que aún no llegan. Mientras tanto, los ganaderos de Mieres siguen recibiendo notificaciones de sanciones y temen que el próximo verano no haya alternativas viables.

“Nuestras vacas han nacido en Pinos, llevan generaciones allí y, por instinto, regresan. No se les puede explicar que existe un conflicto legal”, resume Pérez Naya, visiblemente frustrado.

La disputa, lejos de cerrarse, suma un nuevo capítulo en uno de los litigios ganaderos más antiguos y simbólicos del norte de España.