Mortinguer: espacio, cultura, arte e iniciativas
Días atrás hemos asistido en sede del Palacio del Conde Luna a un novedoso planteamiento de charla, auspiciado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de León y promovido por 'Mortinguer'. Tan curioso nombre esconde la iniciativa desarrollada por Mario Alegre, escultor, Vegonha Rodríguez, también escultora, y Graziela Fernández, ilustradora, allá por el año 2018.
Se trata de una escuela, un estudio de ilustración e identidad visual, pero también un espacio donde se impulsa la inteligencia artística para el desarrollo de proyectos de educación, mediación artística y de creación contemporánea. Un espacio convertido en referente para quienes buscan transformar su entorno a través del arte.
Desde su fundación comparten su pasión por el arte a través del diseño y la ilustración. La escuela se expande con pedagogías en las que se implica a artistas que actualmente están impartiendo cursos de grabado y estampación, collage o procesos textiles. Así han conseguido crear un entorno donde buscar inspiración, desarrollar ideas, perfeccionar habilidades o descubrir potencial creativo, siempre desde el disfrute y la diversión.
Habilidades artísticas
Es un hecho que las habilidades artísticas, en mayor o menor medida, son innatas a las personas. “Mortinguer” responde a la creciente demanda de entusiastas del arte o profesionales que buscan expandir sus destrezas, ampliar su formación artística o conectarse con personas con inquietudes. Su pedagogía integra la escucha, el diálogo y el cuidado, lo que permite aprender con un ritmo propio y desarrollar un estilo único en el proceso.
Pero el artista aspira a poder vivir de su trabajo, y eso no es fácil en un mundo que, en general, no hace mucho aprecio al talento artístico individual y a la inspiración. De ahí lo oportuno de la referida invitación de “Mortinguer” a la charla en forma de taller con Mauricio O’Brien sobre financiación para comprender cómo sostener proyectos culturales.
Durante la sesión se evidenció que existe interés real por entender qué necesita la cultura para existir. El encuentro resultó ser un “termómetro” para medir el nivel de implicación de la comunidad, la situación laboral, las ganas de hacer y de pertenecer, pero también la vulnerabilidad del sector. Claramente se detecta la necesidad de un mandato cultural que cuide, que genere futuro de calidad y que vaya más allá de hacer eventos.
Implicación de la comunidad
Desde una mirada desenfadada pero rigurosa, O’Brien se dedicó a desgranar las necesidades financieras de cualquier proyecto artístico o cultural. Desde lo más pequeño, como un modesto festival o una modesta iniciativa empresarial de artesanía, a modelos de financiación mucho más potentes, como el abordado por él mismo, por cierto, en el exitoso caso de La Benéfica de Piloña, uno de los proyectos más relevantes de mecenazgo reciente en Asturias. Una, sin duda, preciosa iniciativa del cantante y gran folklorista Rodrigo Cuevas para recuperar un teatro en Infiesto como centro cultural y de creación artística.
Con el nombre de “Sostener el Espacio” este taller ha enseñado a ocuparse de algo poco visible, pero muy necesario: volver relevante cada idea. Da igual si se trata de una sala, un festival de barrio, un proyecto rural, una iniciativa educativa o incluso un sueño que aún no se ha escrito en ningún post. Durante dos horas, Mauricio O’Brien ha guiado a la audiencia por un recorrido a través de los distintos modelos de financiación disponibles para proyectos culturales y comunitarios. Lejos de los tecnicismos, la sesión planteaba preguntas como: ¿Qué necesitas? ¿Qué ofreces? ¿Qué te sostiene? ¿Cómo puedes comunicar mejor lo que haces?
Palacio Conde Luna
El objetivo es que cada persona pudiera identificar sus necesidades, ordenar herramientas y comprender qué vía de financiación encaja mejor con su proyecto, esté en fase de ideación, gestación o ejecución. O’Brien aterrizó estos conceptos con ejemplos reales, claros y accesibles. Todo ello sin perder el tono cercano que caracteriza a “Mortinguer”.
Y estaba la sala del Palacio Conde Luna repleta, llena de juventud, de inexperiencia y también de temor. Pero se notaban las ganas. Corre por las venas de este León, un poco taciturno y hasta marchito, sangre caliente con ganas de crear, de trabajar y de llegar al público. De concretar proyectos que reactiven iniciativas novedosas. El dinero también tiene alma, algo oscura, pero quizá busque redimirse en algún proyecto artístico o cultural sugerente. Con “Mortinguer” y profesionales como Mauricio O´Brien quizá sea posible.
Teléfono 987 089 098
www.mortinguer.com y en redes sociales.