Peñalba de Santiago, el pueblo de cuento que hechiza a sus visitantes
Peñalba de Santiago, en pleno corazón de El Bierzo leonés, es uno de esos lugares que parecen sacados de un relato antiguo. Situado a 1.100 metros de altitud y rodeado de un paisaje exuberante de montañas y vegetación, este pequeño pueblo de apenas 15 vecinos conserva intacto su encanto medieval.
Las casas, construidas en piedra de pizarra marrón y con tejados negros, forman un conjunto compacto que gira en torno a una iglesia mozárabe del siglo X. Sus calles empedradas, los corredores de madera y el silencio que reina entre sus muros convierten a Peñalba en un lugar casi irreal, donde cada paso parece un viaje al pasado.
Arquitectura viva: pizarra, madera y leyendas
El caserío es el mejor ejemplo de arquitectura tradicional berciana. Las casas de dos plantas con corredores de madera reflejan una construcción adaptada al entorno y al clima. Entre los edificios más significativos está la Casa de los Diezmos, donde según la tradición se almacenaban los tributos en especie que los campesinos entregaban a la iglesia de Astorga.
Como señala el investigador Rollán Ortiz en su libro Iglesias mozárabes leonesas (1976), “Peñalba de Santiago es, como el de Montes, un pueblo detenido en un lejanísimo día medieval, en mitad de un pródigo derroche de la naturaleza”.
Una joya mozárabe en el corazón del Bierzo
La iglesia de Peñalba, dedicada a Santiago Apóstol, es una de las escasas y mejor conservadas muestras de arquitectura mozárabe de la Península. Fundada por San Genadio, antiguo obispo de Astorga que se retiró como ermitaño a este enclave remoto, es considerada un hito cultural y espiritual.
Luis Pastrana, en Provincia de León (1980), describía: “Las casas, piedra gris y lajas de pizarra en el tejado, forman parte de la tierra; sus mismas gentes son los personajes indispensables de un cuadro insólito”.
No muy lejos de la iglesia se encuentra la cueva de San Genadio, en el valle del Silencio, lugar de recogimiento del santo. Hoy es lugar de culto y peregrinación.
Naturaleza sin filtros y turismo en auge
Peñalba se ha convertido en uno de los destinos rurales más visitados de León, pese a su pequeño tamaño y su acceso sinuoso. Su entorno, parte de los Montes Aquilianos, ofrece rutas como la del Valle del Silencio o el mirador de Montes de Valdueza, desde donde se contempla un paisaje virgen.
La afluencia de visitantes ha ido en aumento en los últimos años, atraídos por un turismo sostenible que busca autenticidad. Como dice Pedro García Trapiello en su Guía de León (1992), “el pueblo es en sí mismo y en sus gentes un capítulo bastante puro de la etnografía leonesa. Si fascina el lugar, su iglesia embelesa”.
Peñalba de Santiago no necesita artificios para enamorar. Su valor está en su sencillez, en su silencio y en la piedra con la que fue construido. En un tiempo de prisas, este rincón leonés invita a la pausa, al asombro y a mirar con otros ojos el pasado que sigue latiendo.