El último refugio en León para los que lo han perdido casi todo
El programa social de San Juan de Dios de León para cubrir necesidades básicas de personas en situación de vulnerabilidad ofrece una segunda oportunidad a personas como Elías: "Piensas en tirarlo todo a la basura pero aquí siempre había alguien con el que contar"
“Yo tenía una situación bastante mala porque estaba en la calle sin nada ni nadie de quien tirar”, recuerda Elías (nombre ficticio bajo el que se esconde su verdadera identidad), uno de los beneficiarios del Programa de Cobertura de Necesidades Básicas y/o Vivienda que San Juan de Dios de León desarrolla en el marco de su Programa de Protección Internacional (PPI). Su testimonio, cargado de sinceridad y esperanza, refleja el impacto real de una iniciativa que busca ofrecer una segunda oportunidad a las personas sin hogar.
Este recurso, respaldado por el Fondo de la Obra Social (FOS) de la Orden Hospitalaria, se dirige a personas —migrantes o no— que “se encuentran en situación de calle sin la oportunidad de tener un empleo y vivienda digna”.
Protección y techo
“Buscamos la cobertura de las necesidades básicas tanto de personas sin hogar como de familias de la ciudad de León en situación de extrema vulnerabilidad”, explica Alicia Muñoz, responsable de dispositivos del PPI y coordinadora de un programa con dos ejes de actuación: un dispositivo que, desde mayo de 2025, ha dado respuesta a nueve hombres de seis nacionalidades (Venezuela, España, Marruecos, Túnez, República Centroafricana y Senegal); y una línea de ayudas destinada al pago de alquiler, suministros y manutención que ha llegado a 19 personas —cuatro mujeres, once hombres y cuatro menores— de nacionalidades como Venezuela, Senegal, Gambia, Perú y Palestina.
“Actualmente en el dispositivo, cuatro personas, derivadas desde el equipo de inclusión social del Ayuntamiento de León y Cáritas Diocesana, residen en el recurso. Todas ellas están en edad de trabajar, y dos se encuentran en proceso de regularización administrativa”, apunta Muñoz para, a renglón seguido, incidir en que “un equipo multidisciplinar trabaja con ellos en el camino hacia su autonomía”. Un acompañamiento integral, en el marco de un itinerario de inserción sociolaboral personalizado, para lograr que salgan adelante por sí mismos.
“Yo, por ejemplo, no sabía ni hacer un currículo, ni había hecho una entrevista en la vida”, confiesa Elías. “Aquí me han enseñado a enfrentarme a ello y, a día de hoy, estoy trabajando en algo que, encima, me gusta. Tuve suerte”, asegura. Su empleo actual, en un matadero, le ha permitido recuperar la estabilidad, pero también le ha devuelto la esperanza. “Tenía problemas de adicción. Al principio fue difícil, porque a veces piensas en tirarlo todo a la basura y volver a lo mismo. Pero aquí siempre había alguien con quien podías hablar, alguien con el que contar. Y eso me ha ayudado muchísimo”, manifiesta.
“Nunca me han dejado solo”
La atención psicológica, orientación laboral y jurídica, la compañía constante y el entorno familiar que se genera en el programa son, para él, lo más valioso: “Siempre que he venido, lo que necesitara, siempre. Nunca me han dejado solo”. Ahora, con el apoyo del equipo, busca una habitación para seguir avanzando. “Todavía sigo viniendo a reuniones y hablo todos los días con Alicia o con algún compañero de ella. Poco a poco, intento mantenerme así todo el tiempo que pueda”.
Cuando se le pregunta qué mensaje le gustaría trasladar a la sociedad sobre las personas que han estado en su situación, responde con claridad: “Lo primero, que tengan ganas de cambiar. Porque si no tienes las ganas, por mucha ayuda que te ofrezcan no va a salir bien. Pero si buscan y tienen ganas, las ayudas las encuentran. Igual que las he encontrado yo, las puede encontrar cualquier persona”.
Su historia es la de muchas personas que lo han perdido casi todo, pero que, gracias a programas como el de San Juan de Dios, encuentran el impulso necesario para reconstruir sus vidas. “Estoy recuperando a mi familia, a parte de ella, y eso también me da la fuerza para salir adelante”, expone Elías.