Verano sin costa, pero con chapuzón: León presume de playas fluviales y piscinas naturales para combatir el calor
Puede que no tenga mar, pero León se defiende con creces cuando se trata de combatir el calor estival. Rodeada de montañas, ríos y paisajes naturales, la provincia ofrece piscinas fluviales y playas interiores que combinan naturaleza, ocio y descanso. Desde rincones escondidos entre pallozas hasta zonas de baño a los pies de puentes medievales, León esconde auténticos tesoros de agua dulce.
Estas son ocho opciones imprescindibles para refrescarse este verano en León:
1. Balboa: arte, naturaleza y agua
En pleno corazón de El Bierzo, Balboa sorprende con un parque fluvial perfectamente integrado en la localidad. Su playa fluvial, rodeada de esculturas de madera y jardines, es una de las más visitadas gracias a su excelente conservación y ambiente familiar. Es el lugar perfecto para quienes buscan bañarse sin alejarse del casco urbano.
2. Llamas de la Ribera: deporte y baño en el Órbigo
Muy cerca de León capital, la piscina fluvial de Llamas de la Ribera, en el paraje de Los Redondales, ofrece mucho más que agua. Dispone de césped, sombrillas, campo de fútbol, minigolf y pista polideportiva, convirtiéndose en una zona recreativa ideal para pasar el día con niños.
3. Molinaseca: historia y tradición junto al río
El río Meruelo, a su paso por Molinaseca, forma una de las piscinas fluviales más emblemáticas de la provincia. Ubicada en pleno centro y junto al puente medieval, la zona de baño se convierte en protagonista cada agosto durante las Fiestas del Agua, de Interés Turístico Provincial.
4. Villoria de Órbigo: chapuzón con todas las comodidades
A orillas del río Órbigo, Villoria ha acondicionado una extensa área para el baño con accesos adaptados, jardines, merenderos, zona de barbacoas y bar. Es una opción muy completa para quienes desean pasar todo el día al aire libre, en plena naturaleza y con todas las facilidades.
5. La Ribera de Folgoso: moderna y familiar
Inaugurada en 2009, la playa fluvial de La Ribera de Folgoso es de las más modernas de León. Ubicada en el río Boeza, cuenta con zona de niños, chiringuito y merendero, además de amplias zonas verdes. Es un ejemplo de cómo el medio rural puede ofrecer instalaciones de primer nivel.
6. Lago de Carucedo: baño entre historia y castaños
Junto al paraje monumental de Las Médulas, el Lago de Carucedo es una joya natural con origen en la antigua explotación aurífera romana. Hoy es reserva ornitológica y cuenta con una playa fluvial perfecta para bañarse en un entorno protegido de castaños y encinas.
7. Villafranca del Bierzo: naturaleza y Camino de Santiago
En plena ruta jacobea, Villafranca del Bierzo ofrece a vecinos y peregrinos su piscina fluvial en el río Burbia. Rodeada de césped y bosque de ribera, es ideal para una parada refrescante tras visitar su rica arquitectura o hacer una etapa del Camino.
8. Cacabelos: una de las primeras piscinas fluviales
La piscina fluvial de Cacabelos, también en El Bierzo, presume de antigüedad y encanto. El río fluye entre zonas verdes y árboles que proporcionan sombra natural. Es uno de los puntos favoritos para las familias que buscan un lugar tranquilo y con tradición.
Lejos de la costa, León ofrece una alternativa refrescante, natural y menos masificada. Ya sea en plena montaña berciana o a un paso de la capital, estas playas fluviales y piscinas naturales permiten descubrir la provincia desde otro ángulo. Porque, como dicen los locales, "aquí no hace falta mar para disfrutar del agua".