Los 'perdones' de San Froilán: las avellanas que guardan cinco siglos de historia
La Romería de San Froilán en La Virgen del Camino, que se celebrará el próximo fin de semana, es una de las tradiciones religiosas y populares más antiguas del norte peninsular.
El historiador Juan Pastrana ha documentado sus orígenes en 1521, cuando aún se conocía como Romería de la Virgen y tenía lugar cada 16 de agosto. Desde entonces, la cita ha evolucionado hasta convertirse en la fiesta por excelencia de León y su provincia, capaz de congregar a miles de romeros llegados incluso de Asturias.
El origen de los ‘perdones’
Uno de los elementos más singulares de esta romería son los ‘perdones’, nombre con el que se conocen popularmente las avellanas que se venden en los puestos instalados en las calles de La Virgen del Camino.
Su tradición se remonta al siglo XVII, cuando el autor de La Pícara Justina ya mencionaba que “es uso llamar perdones a todo lo que se da en romería, porque se tiene por devoción, como si fuera pan bendito”. Con el tiempo, las avellanas se convirtieron en el alimento emblemático de la festividad.
Devoción, rito y leyenda
Para muchos romeros, comprar avellanas es una forma de cumplir con una especie de penitencia simbólica ante la Virgen del Camino. Es la forma de que te perdone la virgen aseguran tanto peregrinos como vendedores. Sin embargo, también existe otra versión popular que explica el origen del nombre: los jóvenes, aprovechando la fiesta, regresaban tarde a casa y recurrían a las avellanas para ganarse el perdón de sus novias.
Tradición que perdura
Hoy, como hace siglos, las calles de La Virgen del Camino se llenarán de puestos que ofrecen las avellanas en bolsas de distintos tamaños, con cáscara o peladas.
El próximo 5 de octubre, miles de personas volverán a cumplir con el rito de tocar la nariz del santo, besar el manto de la virgen y comprar los tradicionales ‘perdones’, en una romería que sigue siendo un puente entre la fe, la cultura y la identidad local.