San Froilán: León se hace romero
San Froilán renueva la fe y la tradición en la romería de La Virgen del Camino | Más de cinco siglos de historia acompañan a la cita leonesa por excelencia, con carros engalanados, pendones y miles de romeros camino del santuario
Con paso firme. Sin prisa, pero sin pausa. León vuelve a cumplir este domingo con una costumbre que se mantiene viva desde hace más de medio milenio. La romería a La Virgen del Camino, documentada ya en 1521 por Juan Pastrana, volverá a llenar de color y fervor las carreteras que conducen al santuario mariano, en una cita que simboliza la devoción y el orgullo de todo un pueblo.
En sus orígenes, la celebración —entonces conocida como la romería de La Virgen— se realizaba en agosto. Con el paso del tiempo, el calendario se desplazó a octubre, coincidiendo con San Froilán, patrón de la Diócesis de León, que cada año vuelve a lucir reluciente en la puerta lateral del templo, desgastado por las manos de quienes no renuncian a “tocarle las narices al santo”, como manda la tradición.
Pendones y carros, emblemas de identidad leonesa
La romería de San Froilán es, más que una fiesta, una expresión de la historia viva de León. Los pendones concejiles —antiguos estandartes de batalla hoy convertidos en símbolos de hermandad— ondean orgullosos al viento, recuperados por pueblos que buscan mantener su legado.
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Junto a ellos desfilan los carros engalanados, cubiertos con mantas, colchas y adornos tradicionales. Un espectáculo de color que ya destacó el periodista e historiador Modesto Lafuente en el siglo XIX, cuando describió con asombro los “¡Carros a la virgen!, exclusivos de León”, cuyas cubiertas “constituyen infaliblemente las colchas de las camas” y ofrecen “una visualidad semichinesca y tan taraceada de remiendos de diversos colores que nada me parece tan comparable como al mosaico del mundo”.
Una romería de generaciones
La explanada de la Basílica se convertirá una vez más en punto de encuentro para miles de romeros. Familias enteras, ataviadas con trajes regionales, compartirán la jornada entre la música, los bailes tradicionales y el aroma de las avellanas, producto estrella de la fiesta.
Estas avellanas, que se compran casi por tradición obligada, están rodeadas de leyendas populares: se dice que servían para pedir perdón a quienes se quedaban en casa sin disfrutar del día grande.
Burros, bueyes y caballos tirando de los viejos carros completan una estampa que mezcla historia, religiosidad y orgullo leonés.
Programa de la jornada: del amanecer al anochecer
El domingo arrancará temprano para los romeros. La concentración de pendones y carros, acompañados por perros de carea, comenzará a las 8:45 horas en el aparcamiento del supermercado E. Leclerc. La salida oficial será a las 9:45 horas, con un recorrido que culminará en la explanada de la Basílica de La Virgen del Camino.
Más de 300 pendones participarán en la marcha, a la que se sumarán decenas de carros decorados con esmero. La misa solemne se celebrará a las 12:00 horas, seguida por una exhibición de bailes regionales a las 14:00 horas. Las actividades se prolongarán hasta las 21:00 horas, cuando concluirá un día intenso de fervor, tradición y convivencia.