Camilo de Blas: la confitería leonesa que creó el 'Carbayón'
La historia de Camilo de Blas, una de las confiterías más emblemáticas de España, comienza en León en 1876, cuando Camilo de Blas Heras, natural de Palencia, abre su primera tienda en la Plaza Carnicerías. Poco después se traslada a la céntrica calle San Marcelo —hoy calle Ancha—, donde su hijo Miguel de Blas toma el relevo. Años más tarde, y tras su fallecimiento, la tienda leonesa cierra, pero la marca ya había cruzado el puerto de Pajares rumbo a Asturias.
En 1914, el fundador instala a su hijo José de Blas en Oviedo, donde abre el local de la calle Jovellanos, aún activo hoy en día y gestionado por la quinta generación de la familia. El año siguiente, en 1915, abre una tercera tienda en Gijón para su hijo Julián, hoy cerrada, aunque en 2016 la cuarta generación recupera la presencia en la ciudad con un nuevo establecimiento.
El nacimiento de un símbolo: el Carbayón
Uno de los hitos clave en la historia de Camilo de Blas llega en 1924, cuando el alcalde de Oviedo encarga a José de Blas la creación de un dulce representativo para la ciudad, con motivo de la Primera Feria Internacional de Muestras de Gijón. La respuesta es el Carbayón, un pastel de hojaldre, almendra y yema que se convierte en símbolo gastronómico de Oviedo y cuyo nombre alude al “carbayu”, el roble centenario que dio origen al gentilicio popular de los ovetenses.
Hoy, el Carbayón se sigue elaborando con la receta original de Camilo de Blas y es uno de los productos más reconocidos de la repostería asturiana.
Un legado que resistió incendios, cámaras y décadas
En 1929, la tienda de Oviedo sufre un grave incendio que arrasa con buena parte del comercio local. Sin embargo, el local de Camilo de Blas es restaurado respetando su fachada original, columnas clásicas y el histórico mostrador de mármol de Carrara, que aún hoy atiende a los clientes.
La confitería también ha sido escenario cinematográfico, destacando su participación en la película “¡Jo, papá!” (1975) y en el rodaje de “Vicky Cristina Barcelona” (2007), de Woody Allen, donde Scarlett Johansson, Rebecca Hall y Javier Bardem rodaron una escena en su interior. En 2008, el local volvió a ser protagonista con la serie gastronómica internacional “Spain on the road again”, con la actriz Gwyneth Paltrow y el chef Mario Batali.
Reconocimiento nacional a cinco generaciones de excelencia
En este 2024, Camilo de Blas ha sido galardonada con el Premio Nacional de Comercio, en la categoría de pequeño comercio, que otorga el Ministerio de Industria y Comercio. La entrega tendrá lugar el 10 de junio en el Hotel de la Reconquista, en Oviedo, convirtiendo el acto en un homenaje doblemente simbólico para una confitería que ha sido parte esencial del tejido cultural y comercial de la ciudad.
Paloma de Blas, actual directora y representante de la quinta generación, celebra el premio con emoción: “Es un reconocimiento a más de cien años de trabajo, esfuerzo y amor por lo que hacemos. Lo recibimos en nombre de toda la familia, de cada generación que ha mantenido vivo este sueño”.
Entre tradición y futuro: el dulce que une generaciones
Hoy, Camilo de Blas no sólo vende dulces, sino también recuerdos familiares, emociones compartidas y la continuidad de una identidad cultural. “Tenemos clientes que celebran sus bodas con los mismos pasteles que encargaban sus abuelos”, destaca Paloma. La clave de su éxito ha sido combinar la fidelidad a la receta original con una apertura al presente, apostando por una imagen moderna, presencia en redes sociales y nuevos formatos de venta que conectan con el público joven sin perder el alma de siempre.
Con más de un siglo de historia y el Carbayón como bandera, Camilo de Blas representa la mezcla perfecta entre memoria, sabor e innovación. Desde León a Oviedo, del escaparate local a las pantallas internacionales, la confitería ha demostrado que algunos sabores, como las grandes historias, nunca pasan de moda.