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Valladolid sí cuenta

Imagen del tramo urbano de Feve en León capital. Foto: Campillo
En Castilla y León, el ferrocarril se ha convertido en la mejor manera de medir la atención que el Estado presta a cada territorio...

En Castilla y León, el ferrocarril se ha convertido en la mejor manera de medir la atención que el Estado presta a cada territorio. Y cuando se comparan las dos capitales más importantes de la comunidad después de la propia Junta, el contraste es evidente: Valladolid está recibiendo un impulso sostenido en infraestructuras ferroviarias que la consolida como nudo estratégico del Corredor Atlántico, mientras que León sigue acumulando retrasos, promesas incumplidas y proyectos en barbecho que nunca terminan de materializarse.

La diferencia se aprecia en la simple constatación de que en Valladolid hay obras en marcha, contratos firmados y maquinaria trabajando. La remodelación y ampliación de la estación de Campo Grande ya está adjudicada con un presupuesto superior a los doscientos millones de euros y un calendario cerrado que transformará por completo el acceso ferroviario a la ciudad, con nuevas vías de alta velocidad, un edificio-puente moderno y conexiones urbanas que integran el ferrocarril en la trama local.

La integración de Feve lleva más de una década pendiente y lo único que se ha planteado recientemente es sustituir la llegada del tren al centro por un autobús eléctrico

A ello se suma la construcción del Complejo Ferroviario en la Variante Este, que incluye una gran terminal internodal, un centro tecnológico y una base de mantenimiento, con inversiones que superan los trescientos millones y que refuerzan a Valladolid como nodo logístico de referencia. Además, la nueva playa de vías y la explotación de la terminal de mercancías ya cuentan con licitación, lo que demuestra que no se trata de promesas futuras, sino de proyectos con financiación asegurada y ejecución en marcha.

León, en cambio, ofrece la cara opuesta. La integración de Feve lleva más de una década pendiente y lo único que se ha planteado recientemente es sustituir la llegada del tren al centro por un autobús eléctrico, una “solución” que los vecinos rechazan porque perpetúa la provisionalidad. La estación de la capital sigue siendo un fondo de saco mal resuelto, nacida como temporal y cronificada como definitiva, con serias limitaciones operativas que nadie termina de afrontar. Y mientras Valladolid presume de grandes contratos cerrados, León sufre cortes, retrasos e incomodidades a causa de las obras entre Palencia y la capital leonesa, que interrumpen la normalidad pero no se traducen aún en una mejora tangible para los usuarios.

León vive atrapada en proyectos inconclusos y soluciones parciales

El contraste no se debe únicamente a un supuesto favoritismo político. Valladolid es un cruce de ejes ferroviarios esenciales y, por tanto, el Estado prioriza allí inversiones que tienen un retorno más inmediato. Pero el hecho es que mientras en Valladolid se cosechan resultados visibles, León vive atrapada en proyectos inconclusos y soluciones parciales. La capital vallisoletana verá en pocos años una estación de alta velocidad plenamente operativa, un complejo logístico que la sitúa en el mapa del transporte de mercancías europeo y una red urbana más integrada. León, en cambio, continúa a la espera de que el tren recupere su llegada al corazón de la ciudad y de que se resuelva de una vez la provisionalidad de su estación.

Por eso, cuando se compara la realidad de ambas provincias, la conclusión es clara: Valladolid recibe del Gobierno central una apuesta decidida y ejecutada en tiempo presente, mientras que León acumula planes en suspenso que no pasan del papel o se eternizan en una provisionalidad que acaba por parecer definitiva. Y en política de infraestructuras, los anuncios cuentan poco; lo que pesa de verdad son las obras que avanzan y las inversiones que se ejecutan. En eso, hoy por hoy, Valladolid lleva mucha ventaja. Si bien hoy hemos hablado del ferrocarril, ya asoma la patita el tráfico aéreo, donde “Villaniebla” reclama para sí convertirse en el gran aeropuerto regional que se encuentra en fase de estudio por parte de AENA. Pero sobre los vuelos...dejémoslo para otro día.