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No me siento hoy muy católico

Mi colegio pertenecía a la Fundación Benéfico Social Hogar del Empleado (FUHEM) en Madrid, a la que pertenecían también muchos otros como el famoso Instituto Ramiro de Maeztu, del que dependíamos, y que era muy popular por "La Demencia", la afición del club de baloncesto Estudiantes. A través de la clase de religión conocimos las historias de las misiones en El Salvador y Nicaragua ya que eran, por lo general, centros orientados por Jesuitas que dedicaban sus vidas a luchar por la justicia social. Si alguien a día de hoy sabe quienes fueron Ignacio Ellacuría y monseñor Romero, y entristeció cuando fueron asesinados, es de los míos, si no conocéis su vida y obra es muy interesante echarle un ojo. La educación que recibíamos en este tipo de centros de formación era una máquina de hacer gente con unos valores muy marcados y determinados. Siempre del lado del oprimido frente al opresor, del pobre frente al rico, del humilde frente al poderoso. En la entrega anterior nos preguntábamos si se podía ser rico y de izquierdas y ahora te confirmo que se puede ser católico y de izquierdas, como el célebre José Bono pero de izquierdas, no del PSOE.