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El 'soberbio' Óscar Puente

El ministro de Transportes practica la soberbia como si fuera una competencia oficial del BOE, y José Antonio Diez, alcalde de León, su más reciente víctima

El verano ofrece días de bochorno insoportable. Más, si al termómetro se suma la presencia pública de Óscar Puente, ministro de Transportes y portavoz de la corrección política (siempre en sentido inverso). Puente, que ya fue reconocido en su etapa como alcalde de Valladolid por su elocuencia poco contenida, ha demostrado que las alturas del poder no templan el carácter, lo inflaman.

La última demostración de ese arte que domina —el de la insolencia digital— ha sido su respuesta al alcalde de León, José Antonio Diez, al que despachó en redes sociales con una fina mezcla de desprecio y puñal político:

"Tú nunca has valido, ni vales, para Ferraz, y sin embargo en León lo bordas (guiño)".

Una frase que resume el manual del perfecto arrogante: deslegitimar entendiendo que él, y solo él, dispone de altura suficiente para descansar sobre el limbo de los dioses (guiño).

El ministro de las infraestructuras... personales

Óscar Puente ha demostrado que en su cartera la alta velocidad no es solo para trenes: ha pasado de alcalde con aspiraciones a portavoz de su propio ego sin detenerse en apeaderos intermedios.

Lejos de preocuparse por el desarrollo ferroviario de León o los innumerables proyectos que se eternizan en la provincia, Puente ha optado por el 'influencer style' político, donde se ejecuta poco, se gobierna menos y se tuitea más. En ese universo, parece más cómodo atacando a Diez que aclarando si los trenes llegarán puntuales.

Soberbia y arrogancia en las redes, silencio, por ejemplo, para solventar asuntos como la vía estrecha, la autovía a Valladolid, el nudo ferroviario con Ponferrada, las conexiones con Asturias...

El arte de mirar por encima del hombro

A Puente le gusta hablar claro. Demasiado claro, para algunos. Su retórica recuerda a esos viejos profesores que preferían humillar al alumno que corregirlo. Solo que ahora el aula es 'X', y los alumnos son alcaldes legítimamente elegidos.

¿Y por qué contra José Antonio Diez? Tal vez porque el regidor leonés ha osado —sacrilegio— tener criterio propio. Porque ha cuestionado los olvidos recurrentes a León. O porque, simplemente, no aplaude con suficiente entusiasmo las decisiones que llegan desde Madrid. 

La RAE, siempre tan precisa, ofrece dos acepciones para “soberbio”: una, “que tiene soberbia o se deja llevar de ella”; la otra, “grandioso, magnífico”. En el caso de Puente, no hay duda de cuál aplica. Porque si lo suyo es grandioso, es en el arte de hacer enemigos.

Efectivamente, la política, altera el sistema neurológico de los políticos. Y de algunos hasta aniquilarlo por completo (guiño).