Esta me la sé
Miren ustedes, que hoy va de confesión. Una aún reciente tragedia personal hace que relativice la importancia de todo lo que me rodea, acontecimientos, sucesos o accidentes por graves que aparezcan. Últimamente me bebo la vida a tragos largos y concentrados y no pierdo oportunidad que se me brinda para disfrutar. Forzado al estoicismo durante una buena temporada, ahora soy un epicúreo de primera. La vida, que da pares y nones.
Por eso, con este cielo político nacional a punto de caer sobre nuestras cabezas o con amenaza severa de abrirse un abismo de anarquía bajo nuestros pies tambaleantes, va este servidor de ustedes y acepta la amable y sincera invitación de unos amigos para disfrutar de las fiestas de San Juan de Sahagún. Me acogen generosos y, ya se sabe, un poco de calor y animación de las peñas y charangas, un algo de encierro, trasiego de comida y bebida en cantidad poco recomendable y, finalmente, actuación cada noche de la orquesta de turno. No voy a particularizar, que los espectáculos a los que asistí me parecieron todos ellos de buena factura. Pero es que uno no es de verbena, hacía de tiempo que no iba a una que hasta me parece que fue en blanco y negro.
El caso es que me he dado perfecta cuenta del éxito de la fórmula. La gente no va a ver una actuación, sino que va a participar en ella, va a cantar, o a lo que su garganta dé de sí... o de no. Perfil medio de edad entre los veinte y treinta años, que no vean ustedes lo que consuela ver juventud en León, y repertorio variopinto, desde el lamentable “electrolatino”, hasta éxitos ochenteros nacionales e internacionales.
Para unos porque parece que robando los suyos es menos robo, para otros que, siempre comparando niveles de latrocinio, lo propio no es casi nada. Y siempre la mezcla con lo cutre, lo orgiástico, la bacanal, la apelación a entrepiernas y bajos instintos...
Pero un denominador común: todo el mundo se las sabe. Llama la atención ver a chavales imberbes cantando por Rosendo o por Hombres G, cuando la mayoría de la prescripción musical que reciben en las radiofórmulas y en los bebederos habituales van por otros estilos bastante menos elaborados como el “Reguetón” y el “Trap”. Pues ese público joven tiene acceso a esa música, que para muchos de ellos es “clásica”, a fuerza de orquestas, de fiestas de pueblo, que repiten canciones en un “medley”, “popurrí” para los que peinamos canas, que hace que se las aprendan como la tabla del siete. El cursillo nocturno, complementado con la búsqueda en internet. Y se las saben todas.
Es lo mismo que me pasa a mí con esto de Ábalos, Cerdán, Koldo, Sánchez y su porquero y la abuela fumadora, que es la enésima crisis debida a la ambición desmedida de gente que, una vez enriquecida en poder, influencia y dinero, quiere dar ya el golpe y revestirlo de impudicia y desfachatez, y va y entonces canta la gallina en forma de UCO. Y es que ya me los sé, que con mayor o menor discreción ya llevamos casi tres buenas generaciones de políticos de uno y otro color que se lo han llevado muerto. Y no somos capaces entre todos de poner pies en pared. Para unos porque parece que robando los suyos es menos robo, para otros que, siempre comparando niveles de latrocinio, lo propio no es casi nada. Y siempre la mezcla con lo cutre, lo orgiástico, la bacanal, la apelación a entrepiernas y bajos instintos... cenar dos veces para apagar hambre atrasada o la que esté por venir ante la caída en desgracia. No se ven hartos, y en su desboque arrastran a partidos enteros, compañeros que pasaban por allí y hasta a usted que, en un momento de flaqueza y ante la amenaza de victoria y rentabilidad del contrario, se parte la cara o se quema la mano por la honradez de un candidato que votó, sin darse cuenta de que sólo contaba como número, como papeleta. Hastío el mío y supongo que el de ustedes.
La clave leonesa, decía. En principio respiren tranquilos que no voy a dar ningún detalle escabroso que afecte a ese peón “cerdanista” (qué malamente suena) que ya muchos están dando por defenestrado
No es mafia o democracia, no es socialismo o fascismo. Es sociedad civil y honradez. Lo demás son cantos de sirena y hacerle el caldo gordo a este “muy ilustre colegio oficial de función pública del provecho propio” que es el sistema de partidos políticos tal como está concebido actualmente, clientelista y francamente caudillista. Toca regeneración a todas luces. Pero que no nos “tanguen” otra vez como en 1975, donde nos vendieron el “harakiri” de la Cámara de Procuradores en Cortes para que cincuenta años después el auténtico poder fáctico siga portando los mismos apellidos.
Ahora que me he despachado un “poquitín” voy a la clave leonesa de esta crisis de partido/gobierno, y lo pongo así porque cualquier día nos sale Sánchez otra vez por la “tele”, esta vez ya directamente maquillado como para salir en película de Murnau para decirnos: ¿PSOE? Ese partido del que usted me habla, pues la verdad que ni idea, oiga. Tal es la flotabilidad del personaje.
La clave leonesa, decía. En principio respiren tranquilos que no voy a dar ningún detalle escabroso que afecte a ese peón “cerdanista” (qué malamente suena) que ya muchos están dando por defenestrado. Hasta ahora en su labor por León se ha calificado solo. Por ejemplo el otro día poniendo a escurrir a José Antonio Díez por decir las verdades del barquero y pedir regeneración y depurar responsabilidades. Raros tiempos en que solicitar educadamente honradez es atacar la Democracia. Y no voy a rebelar nada porque nada tengo y hasta dudo que lo haya, fíjense hasta qué punto uno cree lo poco que importa León en “Madrid”.
La primera derivada de este enrocamiento de Sánchez es lo que le van a pedir sus socios para mantenerlo en el poder. PNV, Junts, ERC se tienen que estar frotando las manos con el precio del peaje. Le van a sacar la hijuela a Pedro, pero a todos los demás nos van a desfalcar la caja, o, por lo menos, intentarlo. Miren ustedes qué buen momento para tener un diputadillo leonés en Madrid con ganas de meter el dedo en el ojo.
La segunda sí tiene algo que ver con Cendón, su conexión con Cerdán, el recuerdo de las primarias contendiendo con Diego Moreno y las malas artes que parecen reproducir las maneras de su tutor en Ferraz. Desconozco cuál es el proceso si el actual Secretario Provincial cae en desgracia y se ve forzado a dimitir. Recuerden además que en el PSOE se interpretan las normas, que es como llaman ellos a inventárselas, y se purgan secretarios como quien lava. Me acuerdo de Luis Tudanca, el hombre, queriendo hacer las primarias por su orden, vaya tío más raro.
Creo que se presenta una semana movida si les interesa este jaleo. A mí particularmente me inquietan bastante más los “pildorazos” entre Israel e Irán. Es un asunto que, de enquistarse, puede convertir el Mundo en un escenario dantesco. Si han leído algo de Historia, ésa también se la saben.