Haciendo el oso
Tras años de reivindicación por parte de los movimientos animalistas los osos del Coto Escolar, llamado Francisco de Asís en honor al santo amigo de los animales, van a encontrar acomodo en un hogar más acorde con sus necesidades. Los escasos setecientos metros cuadrados que ocupan actualmente se antojan claramente insuficientes, de manera que todo el mimo que sus cuidadores les hayan podido prodigar queda desdibujado por el triste cautiverio.
A este respecto siempre me viene a la mente el recuerdo de un pobre canario con el que compartí años de infancia. El pajarito estaba enclaustrado en una jaula equivalente en tamaño a que lo encierren a usted en un contenedor de mercancías, pero de los pequeños, de los llamados “de 20 pies” en referencia a su longitud de seis metros y pico de largo. Pues así toda la vida, imagínense, con vistas a ninguna parte y con dosis de la misma comida y agua del grifo hasta que reviente.
Una perspectiva muy poco halagüeña. No voy a decir que soy animalista porque primero considero los derechos de los humanos, pero nos toca como especie privilegiada el ser garantes de los derechos del resto. No es de recibo el maltrato, la explotación ni la innecesaria crueldad en los sacrificios, ni el empleo de animales como recreo más allá de la muy natural monta, complicidad en la caza y en todos esos usos que el animal es homólogo y complemento del humano.
Los osos del Coto, decía. Luna y Ponderoso. La primera con nombre evocador de comarca leonesa y satélite terrestre. El otro más con nombre de reminiscencias taurinas, gremio el de los ganaderos que suele convertir adjetivos en nombres para sus reses bravas. “Que pesa mucho”, ponderoso, aunque a los que hemos hecho la EGB se nos pone por delante la serie “Bonanza”, aventuras y desventuras de los Cartwright en su rancho “La Ponderosa”. Canas peino y aun gracias, que podía no peinar nada.
En su momento se descartó su reintegración al medio, aunque sí hubo proyecto, diluido como casi siempre en desacuerdos administrativos y ataques de tontos cuernos
Y para su mejor acomodo se nos van a Alemania, Pepe. Y a mí eso me parece una gran paradoja. A sus treinta y pico años Luna y Ponderoso son ya considerados ancianos, y notable la edad alcanzada teniendo en cuenta que han sido años de cautividad. En su momento fueron rescatados de condiciones oprobiosas en un circo ambulante y en un abandonado zoológico. Estos animales no han conocido la libertad. En su momento se descartó su reintegración al medio, aunque sí hubo proyecto, diluido como casi siempre en desacuerdos administrativos y ataques de tontos cuernos, hará unos catorce años. De aquella se habló de semilibertad en un gran recinto en la Montaña Oriental. Nada se hizo y hoy Luna y Ponderoso podemos decir que no saben ser osos. Siempre en cautividad, vigilancia y servidos de comida y bebida con sus necesidades resueltas. Pero presos al fin y desnaturalizados.
Y hablaba de la paradoja del viaje a Alemania. Cuando la mayoría de los alemanes están pensando en jubilarse y venirse a España a ponerse colorados como gambas y a trasegar cerveza a precio para ellos de derribo, los leoneses mandamos a nuestros osos a jubilarse cerca de Múnich, donde espero no les den cerveza como aquí les dábamos bocadillos de Nocilla, qué merendilla para un oso, que es omnívoro, pero no por eso les vamos a estar dando “Ronchitos” todo el día. Y encima les enviamos con la esperanza de que en su nueva residencia y al contacto con otros especímenes también menesterosos acaben por socializar y convertirse en osos de verdad. Como que les hubiéramos buscado un “minijob” para sus últimos días.
Que no nos quepa duda que nuestras condiciones van a ser comparativamente peores, dada la caída de la renta media en nuestra provincia. Son tales los números, que huelga cualquier comentario
Que es lo que nos va a pasar a la mayoría de los españoles, imposible sobrevivir dentro de unos años con la pensión media, nos veremos obligados a seguir trabajando hasta la extenuación para regocijo de empresariado, arcas de la Seguridad Social y otros agentes aviesos del sistema económico. Y harta suerte si no tenemos que acabar emigrando también a esa provecta edad de Luna y Ponderoso.
Y hablando de españoles, y mucho españoles, los leoneses. Que no nos quepa duda que nuestras condiciones van a ser comparativamente peores, dada la caída de la renta media en nuestra provincia. Son tales los números, que huelga cualquier comentario: si comparamos la renta media de la provincia de León con la de la boyante Valladolid, descubriremos sin sorpresa ya a estas alturas que está un treinta por ciento por debajo, y en picado. Valores parejos arrojan Salamanca y Zamora. La Junta de Castilla y León no ha sabido, aunque la mayoría creemos que no ha querido, realizar un adecuado equilibrio territorial.
Por eso ofende gravemente a la inteligencia, pero sobre todo a la dignidad, de los leoneses que el incompetente organismo gobernante presente ahora un “Plan para el Futuro de León” con gran alarde de medios, diciendo que ven un “futuro prometedor” para la provincia. Qué vista tienen estos pájaros, que ven el futuro brillante y no son capaces de ver el desgarro del pasado y del presente. Yo no me los creo, además fundadamente porque sólo han hecho que defraudarme permanentemente. Me duele además que uno de los portavoces de las “albricias” haya sido precisamente un leonés llamado Juan Carlos Suárez-Quiñones, que creo nos habría aprovechado más si hubiese seguido ligado al espectáculo musical como guitarrista. Otro que sacudía, y sigo musical, la maraca en la presentación era el Consejero de Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, el de los ignotos fondos no provincializados.
Luna y Ponderoso van camino de Alemania para antes de morir aprender a ser osos. Aprendamos nosotros a ser leoneses ahora que todavía estamos vivos
Son siempre tantas y tantas las palabras, los documentos de trabajo, la retórica, el dar nombres rimbombantes a lo que no es sino vacío intencional, plan de eliminación, indiferencia y malas artes, que ya cansan. La culpa siempre es de otros, que nosotros empezamos a gobernar esta misma mañana… Y si no, es Sánchez, y si no, Óscar Puente, Koldo, Ábalos, Agamenón y su máscara dorada, o el apagón. Todo excusas, todo desidia, y hablamos de León para el año 2030. Todo bien y, seguramente, treinta mil leoneses menos. La Junta también es Estado y bien responsable de nuestra decadencia.
Prevengo a los empresarios, posibles cómplices condicionados por las adjudicaciones, contratos y publicidad institucional. Prevengo a los sindicatos, que debiendo ser más libres en la defensa de los trabajadores, casi tienen los mismos condicionantes. El hambre es mucha y el sostén viene del poder. Quizá podáis morder la mano, pero sólo marcar sin herir. Y os prevengo porque sois representantes de una sociedad en liquidación. Largo os lo fío, pero si estamos por aquí en el 2050, no seremos más allá de trescientos mil, y los planes sin desarrollar. Y quizá de aquélla, para qué.
Luna y Ponderoso van camino de Alemania para antes de morir aprender a ser osos. Aprendamos nosotros a ser leoneses ahora que todavía estamos vivos.