Caos ferroviario en la previa de Nochevieja: los pasajeros del AVE Madrid-León asaltan la cafetería ante la falta de información y la necesidad de agua
La tarde del martes 30 de diciembre estuvo marcada por un nuevo episodio de desorganización ferroviaria en la red de alta velocidad. El AVE 5183, que debía unir Alicante con León, comunicó una incidencia técnica a su paso por Albacete-Los Llanos alrededor de las 18:30 horas. El plan inicial contemplaba la llegada a Madrid-Chamartín a las 20:08 y la continuación del viaje hacia León poco después, pero el convoy quedó fuera de servicio y no alcanzó la capital.
Mientras tanto, en la estación madrileña, decenas de pasajeros aguardaban sin información clara. A las 20:09, Renfe remitió un aviso automático por correo electrónico y WhatsApp alertando de un retraso, aunque sin concretar causas ni tiempos de solución.
Un tren de sustitución que tampoco salía
Cerca de hora y media después, la operadora anunció la asignación de una vía para un tren alternativo destinado a los viajeros que aguardaban en Chamartín. Los pasajeros accedieron al convoy y ocuparon sus asientos, pero la megafonía informó poco después de que la salida quedaba supeditada a la llegada del tren averiado procedente de Alicante.
Pasados otros treinta minutos, un nuevo mensaje confirmó que la demora continuaba. Para entonces, el tiempo de espera superaba ampliamente los 90 minutos, sin personal a bordo que pudiera ofrecer asistencia directa ni previsiones claras.
Organización espontánea dentro del convoy
Ante la prolongación de la situación y la falta de suministros básicos, especialmente agua, los pasajeros optaron por una solución colectiva. De forma tranquila y sin incidentes, accedieron a la cafetería del tren para repartir alimentos y bebidas, priorizando a menores, personas mayores y viajeros con necesidades especiales.
Los pasillos del convoy se transformaron en espacios improvisados de convivencia, mientras que el andén sirvió como punto de encuentro para quienes buscaban airear la espera o simplemente observar cualquier señal que indicara una inminente salida.
Policía y tensión contenida
La llegada de efectivos de la Policía Nacional se produjo cuando la cafetería ya estaba vacía, con el objetivo de custodiar el espacio. Pese al cansancio acumulado y a las críticas generalizadas sobre el funcionamiento del servicio ferroviario, el ambiente se mantuvo controlado y no se registraron altercados.
Llegada de madrugada y pasajeros varados
No fue hasta cerca de las 23:30 cuando el tren finalmente abandonó Chamartín, acumulando más de tres horas de retraso respecto al horario previsto. A bordo viajaban unos 190 pasajeros, que alcanzaron León ya entrada la madrugada. Aquellos con destino final en Ponferrada y otras localidades de la provincia se vieron obligados a pernoctar en la capital leonesa ante la imposibilidad de continuar el viaje.
Distinto desenlace para los viajeros de Levante
Los pasajeros que partían desde Alicante tuvieron un desenlace diferente. Tras llegar a Madrid-Atocha al término de una jornada plagada de incidencias, Renfe gestionó su alojamiento en hoteles de la capital. El grupo pudo retomar el viaje y llegar a su destino definitivo a las 9:25 de la mañana del martes, más de doce horas después de lo inicialmente previsto.